Blanqueamiento dental: tratamiento y resultados

Saúl C. Montaño Quintanilla

Mujeres y hombres nos preocupado siempre por el buen aspecto de nuestra dentadura, pues unos dientes sanos y blancos son símbolo de salud e higiene. Así, en la España prerromana se enjuagaban con orines envejecidos en cisternas; mientras que hoy en día existen métodos más agradables para conseguir unos dientes perfectamente blancos.

En qué consiste

El blanqueamiento dental puede aplicarse desde a un solo diente hasta a toda la dentadura y puede ser interno o externo. El blanqueamiento dental interno consiste en la restauración de la estética de los dientes que han resultado manchados u oscurecidos debido a causas internas. Por otro lado, el blanqueamiento externo se basa en la utilización de productos que se filtran a través del esmalte para que el tejido interno de los dientes se blanquee.

Para que el blanqueamiento funcione, debemos escoger con la ayuda de un especialista, un producto de prestigio y eficaz que se adecue a nuestras características y a los resultados que queremos obtener. Además, tenemos la opción de hacer el tratamiento en la clínica o en casa. La elección la debemos hacer considerando el tipo de daños que tenemos en los dientes. De este modo, si tenemos hipersensibilidad, el tratamiento debe hacerse en la clínica para evitar dañar la dentina. Antes de llevar a cabo el proceso es necesario realizar una limpieza bucal para eliminar todas las manchas exteriores, así como evitar la ingesta de bebidas ricas en flúor.

Es poco recomendable realizar un blanqueamiento cuando la mujer está embarazada o en periodo de lactancia; en menores de edad, en personas que han sufrido traumatismos dentales, si tenemos caries, o si sufrimos de dientes sensibles. En cualquier caso, conviene consultar con un especialista, que nos hará un estudio detallado de nuestra situación y decidirá el riesgo de un blanqueamiento.

Cuáles son sus resultados

El blanqueamiento que se obtiene después de todo el proceso depende del estado inicial de los dientes. Por ejemplo, si el color de tus dientes es amarillo o marrón, el resultado que se puede esperar es muy bueno. Si, en cambio, su color de origen es gris, los dientes pueden verse mejor pero el resultado no será excelente. Asimismo, si se padece fluorosis,los resultados también serán diferentes, necesitando incluso alguna sesión extra de blanqueo.

En cuanto a la duración del blanqueamiento, ésta es de dos a tres años e incluso puede alargarse hasta los siete. Hay que tener en cuenta que el ojo se puede acostumbrar al nuevo color muy rápidamente, por lo que no debemos alarmarnos si creemos que nuestros dientes han perdido blancura demasiado pronto.

Cómo conservar unos dientes blancos

Aunque el blanqueamiento aporta soluciones a los problemas estéticos del esmalte, es un recurso agresivo del que no se debe abusar. Lo que se debe hacer es evitar el envejecimiento del esmalte, manteniendo unos hábitos saludables para nuestros dientes. Para ello es fundamental cepillarlos unas tres veces al día como mínimo, realizar enjuagues con flúor una vez por semana y usar el hilo dental una vez al día. Además, hay que evitar el abuso de cítricos como el limón, del café y del tabaco.

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