Por qué nos comportamos como niños en los inicios de una relación

Laura Sánchez, Filóloga

Te acabas de enamorar, has conocido a tu hombre ideal y gozas de todo su interés, así que inciáis una relación llena de inquietantes esperas, encuentros apasionados y....ternura. Muchas personas creen que la ternura y el cariño no tienen cabida en las primeras etapas del enamoramiento, absorbidos como estamos por la pasión. Sin embargo, las caricias suaves y las palabras dulce son uno de los ingredientes principales para que ese amor cuaje finalmente en una relación de pareja. Ahora bien, nos preguntamos a dónde va a parar esa ternura del comienzo con el paso del tiempo.

Extra de azucar, por favor

Es cierto que hay unas pesonas más sentimentales que otras o, al menos, que son capaces de demostrar sus sentimientos más intensamente. Así, hay parejas para las que caminar juntos de la mano es todo un logro y una declaración de intenciones, y hay otras que necesitan constantes muestras de cariño.

Algunas de esas parejas llegan a resultar empalagosas a sus allegados. No se trata de envidia por la felicidad ajena, pero hay que reconocer que resulta bastante incómodo ver cómo tu amiga habla con un tono infantil a su nuevo novio, poniéndole cariñosos apelativos capaces de subir los colores a cualquiera. Y lo que es peor, ese nuevo novio no tiene ningún reparo en dejarse mimar como un bebé y la corresponde con caricias y roces más infantiles que sensuales.

Pero no hay que alarmarse ante este exceso de ternura y esas demostraciones de cariño edulcoradas, porque suponen el primer paso hacia la complicidad de una pareja. Si ya has perdido el sentido del ridículo llamándole a tu chico con apelativos sacados de una película de Disney y él no ha salido corriendo, sino que te trata como a una princesita de cuento, enhorabuena; tienes muchas posibilidades de que ese hombre se convierta en una pareja duradera.

Cómo se transforma la excesiva ternura

Así que si estás en una de esas parejas cuyas relaciones están marcadas por el azúcar, la ternura y la delicadeza, disruta, porque puede que algún días vayas a necesitar todos esos momentos tiernos para recordarle a tu pareja cuánto os querías al principio de vuestra relación.

No es que queramos ser aguafiestas y sacarte de ese cuento de hadas, pero esa tenura, igual que ocurre con la pasión, va muriendo poco a poco aplastada por la rutina y la convivencia. Si antes te llamaba cariñosamente de mil y una maneras que pasaban desde "princesa", "prince" o "corazón" hasta "cielito", y ahora se ha quedado únicamente con "gordi", empieza a sospechar, porque estás ante un punto de inflexión.

Si bien es evidente que no vais a poder mantener ese nivel de ternura durante mucho tiempo, sí tienes que procurar que nunca desaparezca del todo. Así, en el momento en que surja algún problema de pareja y le veas desanimado en la relación, podrás recurrir a esos juegos infatiles los inicios, que tanta complicidad os crearon en su día.

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