El alcohol engorda, ¿mito o realidad?

El contenido de calorías del alcohol

Teresa Guerra

El alcohol forma parte de muchas comidas, celebraciones, fiestas y otros acontecimientos de nuestra vida diaria, pero eso no evita que se lancen constantes advertencias sobre sus peligros. Algunos de los peligros del alcohol son evidentes, como consumirlo en exceso o en circunstancias como el embarazo o bajo medicación, sin embargo otros no lo son tanto.

Las calorías del alcohol son uno de estos efectos, muy comentado y principal razón por la que está prohibido en todas las dietas para adelgazar. Se considera que el alcohol aporta una gran cantidad de energía que el cuerpo asume con rapidez y tiende a acumularse antes de que sea posible quemarlo, junto a que se suele combinar con bebidas gaseosas y azucaradas que aumentan su carga calórica.

¿Cuántas calorías tiene realmente el alcohol?

Las últimas investigaciones, sin embargo, desmienten esta teoría y aseguran que el alcohol no engorda. El escritor Tony Edwards se propone demostrar esta teoría en su libro The Good News About Booze (Las buenas noticias sobre el alcohol), donde asegura rebatir todas las teorías erróneas sobre los peligros del alcohol para la dieta.

“No hay evidencia científica que soporte la idea de que el alcohol engorda. Sé que es algo que resulta contrario a nuestra intuición, porque nos han dicho que el alcohol tiene un montón de calorías. Pero es un hecho que el alcohol no engorda”, ha asegurado Edwards. Se apoya en que el cálculo de las calorías fue establecido por el químico estadounidense Wilbur Olin Atwater, en base a lo rápido que se consumía cada alimento en el fuego. Según sus cálculos el alcohol, que es inflamable, al consumirse muy rápido indicaba una alta presencia de calorías.

Para comprobar su teoría se realizó un estudio con 20.000 mujeres a lo largo de trece años, cuyas conclusiones fueron que las que más habían engordado eran las que menos alcohol bebían. Eso sí, no todo son buenas noticias ya que la cerveza resulta ser la excepción. Un tercio de las calorías de una cerveza proceden de la malta, un hidrato de carbono cuyo efecto se acrecienta con alcohol, por lo que sí debemos restringir su consumo si queremos adelgazar.

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