¿Tostada por el Sol o morena por los autobronceadores?

Napoleón Fernandez

Las blancas quisieran ser morenas; las morenas sueñan con ser rubias, las rubias añoraran el pelo rizado y las que tienen crespos insisten en alisarlos. Es el conflicto cotidiano de muchas mujeres cuando se paran frente al espejo y no se conforman con la herencia genética que les tocó.

Claro que hay sueños con la apariencia más fáciles de conquistar que otros y la tecnología ayuda cada vez más como sucede, por ejemplo, a las que aspiran a cambiar la blanca palidez de su piel por ese bronceado que tanto recuerda los baños de mar, la brisa costera y el ocio.

Esta pigmentación morena es conquistable por dos vías: una, por la exposición directa al Sol, método peligroso si no tomamos precauciones, y dos, por el empleo de cremas autobronceadoras.

El principio activo de los autobronceadores es una molécula llamada dihidroxiacetona (DHA) que cuando entra en contacto con los aminoácidos de la capa córnea de la piel desata una reacción química que provoca un cambio de coloración.

Autobronceadores

Es decir, los autobronceadores catalizan la formación de melanoidinas marrones, sustancia responsable de oscurecer las células que conforman la capa más externa de la epidermis que como ya sabemos, es más efímera que las hojas de un árbol, por lo que si dejamos de actuar sobre ella, recupera su color natural.

Se trata, por tanto, de un proceso diferente al de un bronceado solar que debido a los rayos ultravioletas sí puede afectar las capas más internas de la piel y estimula la producción de melanina, su protector natural. El autobronceador permite sortear los efectos nocivos del Sol obteniendo un resultado estético similar y reversible, pero no protege la piel del Sol como sí sucede cuando el bronceado tiene lugar por el método tradicional. 

Según los especialistas consultados, los componentes de estos productos cosméticos son inocuos para la salud y empiezan a hacer efecto a partir de las tres o cuatro horas de su aplicación, proceso que debe estar totalmente concluido a las 24 horas. Cuanto más tiempo permanezca el producto sobre la piel, más intenso será el efecto bronceador y por eso muchos recomiendan aplicárselo antes de dormir.

Por supuesto que el tono final de la piel depende, en primer lugar del color base de cada persona -tal como ocurre con los tintes de cabello-, de la composición del producto y de la frecuencia de aplicación. También influye la cantidad de aminoácidos de la epidermis, así como su nivel de grasa y acidez, por ejemplo, las pieles secas se autobroncean más fácilmente que las restantes y las zonas con más proteína (codos, rodillas y palmas de pies y manos) se tiñen de forma más intensa.

Existe un amplio espectro de autobronceadores en el mercado y a la hora de elegir es importante tomar en cuenta la cantidad de DHA que contiene pues según los fabricantes con un 3% de DHA se consigue un bronceado más suave, mientras que con un 5% se consigue un bronceado más tostado. Aconsejan además esperar al menos ocho horas antes de repetir la aplicación si es que aún no estamos conformes con la coloración obtenida.

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