Los infartos, letales con las mujeres: causas, síntomas y prevención

Saúl C. Montaño Quintanilla

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de fallecimiento en mujeres europeas por delante de los tumores y de las enfermedades respiratorias. A pesar de esto, los infartos siguen considerándose una enfermedad más propia de los hombres. Te descubrimos las razones de este desequilibrio de género.

Enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares afectan tanto a hombres como a mujeres, pero las estadísticas demuestran que son más las mujeres que fallecen a causa de alguna patología cardiovascular. Las razones de que las mujeres tengan menos probabilidades de sobrevivir a un infarto son debidas a los propios rasgos fisiológicos pero también a una deficiencia en el sistema sanitario.

El sistema cardiovascular de las mujeres difiere del de los hombres respondiendo de forma diferente ante el estrés, el exceso de grasa y las hormonas. Son precisamente las hormonas, o la disminución de ellas, más concretamente, la pérdida de estrógenos durante la menopausia, lo que coloca a las mujeres en una posición de elevado riesgo ante una enfermedad coronaria.

La obesidad supone también un riesgo importante de fallecimiento tras sufrir alguna enfermedad cardiovascular, así como la diabetes, el colesterol, la hipertensión y el tabaquismo.

A todos estos riesgos tenemos que añadir que los estudios clínicos realizados en mujeres respecto a las enfermedades cardiovasculares son escasos en comparación con los realizados a hombres. Tampoco se han propuesto las suficientes campañas de prevención y de diagnóstico temprano en este campo, centrándose en otras enfermedades como puede ser el cáncer de mama.

Síntomas de los problemas cardiovasculares

Es posible que los síntomas que anuncian un problema cardiovascular se confundan con trastornos comunes, esto hace que, en ocasiones, el problema no pueda ser tratado a tiempo.

Entre los síntomas de un infarto se encuentran el dolor en el pecho que puede extenderse a brazos, espalda o estómago, un sudor frío y una sensación de náusea. Otros síntomas que nos indican que estamos ante una enfermedad cardiovascular son la pérdida de sensibilidad en alguna parte del cuerpo, pérdida de visión, dificultad para hablar o para caminar, confusión, etc. Como puede observarse, estos síntomas pueden aparecer también ante cualquier trastorno común, por lo que muchas veces, el paciente ni siquiera se plantea acudir al médico hasta que ya es demasiado tarde.

Prevenir el infarto

Las probabilidades de sufrir un infarto, un derrame, una angina de pecho o cualquier otra enfermedad cardiovascular aumentan con la edad. Si bien no podemos hacer nada frente al paso del tiempo, hay algunos hábitos saludables que debemos incorporar a nuestra vida diaria para prevenir este tipo de enfermedades.

Es fundamental llevar una alimentación saludable reduciendo considerablemente los alimentos grasos tanto para mantener a raya los niveles de colesterol como para mantenerse en un peso adecuado., evitando así la obstrucción de las arterias.

La actividad física también ayuda a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Es importante mantenerse activa y realizar ejercicio físico moderado al menos 30 minutos al día.

El tabaco es uno de los grandes enemigos de nuestra salud, y más aún en cuestión de enfermedades cardiovasculares porque su consumo aumenta considerablemente el riesgo de padecer un infarto.

Es importante que el médico realice controles habituales si existen antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares para poder así prevenir un posible problema.

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