El cuidado de los oídos

Saúl C. Montaño Quintanilla
Si no queremos quedar como los hombres, que no oyen y escuchan bien por naturaleza, tenemos que aprender a cuidar de nuestros oídos. La percepción auditiva de una mujer adulta depende mucho del cuidado que se le haya dado al órgano del oído durante la niñez. Los tejidos que conforman los conductos auditivos son frágiles y no cualquiera puede hurgar en ellos sin riesgo a dañarlos.

Limpiar los oídos

Limpiar las orejas y los oídos


Llegado a este punto siempre recuerdo a un amigo, médico especialista en Otorrinolaringología, quien a la frecuente pregunta de ¿con qué debo limpiarme los oídos, Doctor?, respondía: Con los codos -dejando atónitos a sus pacientes ante la imposibilidad física de la acción-, para luego explicar: Solo debe limpiarse la oreja, es decir, la parte externa, y siempre con mucho cuidado.

Según sus estudios, cada individuo produce una cantidad diferente de cerumen, esa sustancia de color anaranjado o carmelita que contrario a lo que muchos piensan, protege al oído de los agentes externos que pueden entrar por el orificio externo de la oreja y también de los ruidos excesivos.

Para limpiar la oreja es recomendable deslizar un aplicador humedecido con aceite o con crema limpiadora por los retorcidos caminos del cartílago externo y dejarlo actuar unos minutos para luego repetir la acción con uno limpio y seco.

Puedes leer más artículos similares a El cuidado de los oídos, en la categoría de Higiene en Diario Femenino.

Publicado:
Actualizado: