El dolor, una afección física y psicológica

Laura Sánchez, Filóloga

Todas hemos sentido dolor en algún momento de nuestras vidas y sabemos bien que se trata de una sensación que tiene diversas intensidades. El dolor es la principal causa por la que las personas acudimos a urgencias, y el motivo de destacar en el calendario este Día Mundial Contra el Dolor es promover la búsqueda de medidas eficaces de alivio para paliar los diferentes grados de dolor, ya que se trata de uno de los problemas de salud más graves. Hay que recordar que cuando el dolor se hace crónico, puede afectar de lleno a la persona que lo padece impidiendo que lleve una vida normal.

Tipos de dolor y tratamientos

Aunque el dolor produce una sensación desagradable, la verdad es que sentir dolor es algo necesario, ya que se trata de una señal de alarma de nuestro cuerpo que nos avisa de que algo no va bien. A partir de ahí, nos encontramos con diferentes tipos de dolor, así como con diferentes causas que necesitarán un tratamiento distinto.

El dolor puede ser un dolor somático, que se origina en la piel, los músculos, las articulaciones o los huesos, o puede ser un dolor visceral, originado en los órganos internos como consecuencia de alguna enfermedad.

Según su duración, puede tratarse de un dolor agudo, que dura el tiempo que tarda en curarse la lesión que lo produce, o puede ser un dolor crónico, que se mantiene aun cuando la lesión que lo produce haya desaparecido.

Los tratamientos contra el dolor variarán según sea su causa y el tipo de dolor del que se trate. Generalmente se recomendará un tratamiento farmacológico que puede ir desde analgésicos hasta opiáceos, según la necesidad. Aunque hay algunos casos en los que es más efectivo un tratamiento no farmacológico basado en la fisioterapia.

Dolor físico y dolor psicológico

En ocasiones, la causa que produce el dolor no es física, no deriva de una enfermedad ni de una lesión, sino que tiene una causa psicológica. Es lo que se conoce como somatización del dolor, que se produce cuando un estado emocional determinado, como puede ser es estrés, la ansiedad, la angustia, la tristeza, etc. se refleja a nivel físico en forma de dolor o en forma de alguna enfermedad. Y es que nuestro cuerpo no distingue entre una agresión física o psíquica, simplemente aparece el dolor como un mecanismo de defensa para alertarnos de un problema.

De esta manera, algunos dolores, como el dolor de estómago, de espalda, el dolor de cabeza o incluso las migrañas, pueden estar motivados por un problema emocional. También pueden aparecer otros problemas de salud como la hipertensión, taquicardia, caída del pelo, herpes, eccemas, náuseas, vértigos, etc.

En cualquier caso, ante la aparición del dolor tendremos que descubrir primero la causa; si se trata de una cuestión meramente física o si, por el contrario, estamos ante un problema psicológico que ha derivado en dolor físico, en cuyo caso se hará necesario un tratamiento no sólo farmacológico, sino también psicológico.

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