Los verdaderos peligros del frío

Anita del Valle

"Qué frío, ¿no?", protesta Mari Pili en la hora del cafecito: "A ver si suben un poco las temperaturas, así no hay quien salga de casa".

Mari Pili es de esas personas a las que no les gusta nada el invierno. Bueno, realmente son muy pocos los que tienen cierto cariño al viento, la lluvia y esa horrible sensación de tener todo el día los pies húmedos. Existen los amantes del frío, pero son una especie incomprendida y en peligro de extinción. En mujeres, inexistente.

"Ya, yo estoy harta también, a mí no me apetece hacer nada, el frío me da bajón", se suma Rosa. "Y además, para qué salir, si es abrir la puerta y coger un resfriado... Y ya van tres" "Bueno, y eso sin hablar de las pintas que llevo: ¡mira mi piel! Parece que tengo escamas".

Mientras mis amigas despotricaban del señor frío, pensé en las fuertes consecuencias que sufrimos con los cambios de temperatura. En efecto, la reducción de horas de luz afecta a nuestro estado de ánimo y somos más propensos a la depresión. Sin duda, el repertorio de enfermedades listas para apoderarse de nuestra delicada salud es infinito, de poco sirve que estés tomando vitaminas y parezcas una cebolla con tanta capa de ropa. Y lo de la piel... es verdad, está seca y fea. 

"Bueno, tú no te quejes, guapa, que al menos tienes a David para que te dé calorcito...", reprende envidiosa Mari Pili. "Sí, bueno, calorcito irradia de los fiebrones que se pilla mes sí mes también. Además, ¿No sabes tú que en invierno las parejas estables tienen menos relaciones sexuales... todavía?", confiesa Rosa con resignación.

Calor vs frío

Salud física y psicológica, sexo, belleza... 'Detalles insignificantes' que pueden llevar a la infelicidad temporal, pero no a la tragedia. Porque lo que realmente me da miedo a mí es el lado desconocido del frío, aquél que produce hambre, miseria y muerte. 

Resulta que ayer leí un curioso estudio que vincula el frío con los sucesos más dramáticos de la historia de Europa: la peste negra, la Guerra de los Treinta Años, la invasión de Rusia por parte de Napoleón... Todos ellos acaecidos en períodos de frío extremo. A ver, no es que haya una relación directa de 'hace mucho frío, se avecina una tragedia', sino que las bajas temperaturas pueden empeorar las consecuencias de un problema: por ejemplo, en el caso de la pandemia, expanderse ésta con mayor facilidad al estar la salud de la sociedad más vulnerable de lo normal por el dichoso frío.

Ahora, no creo que tragedias como éstas se repitan ya 'gracias' al famoso calentamiento global, el mismo que desembocará en un aumento de enfermedades respiratorias, cardiovasculares e infecciosas, una sequía tal que pondrá en serios problemas a la agricultura -eso sin hablar de la multiplicación de incendios forestales-, huracanes e inundaciones más intensas, un agua que dejará de ser potable... Tampoco se está tan mal con frío, ¿no?

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