La dieta del Yin-Yang: alimentación y espiritualidad

Marta Valle

Las tendencias orientales se han extendido como moda en los países occidentales y los hábitos alimenticios no podían ser menos. Aunque todas las dietas de adelgazamiento se basen fundamentalmente en los mismos principios, los autores de las mismas siempre tratan de derivar hacia detalles psicologistas que puedan atraer curiosos hacia sus obras.

En esta maraña de pasión por la alimentación y el trabajo por una figura delgada y proporcionada, llega la dieta del Yin-Yang insertando, de paso, el elemento espiritual en el menú. Este régimen está basado en el llamado sistema macrobiótico que pretende buscar un equilibrio entre la mente y el cuerpo a través de la alimentación. Hasta la fecha ha recibido numerosas críticas por parte de los expertos en nutrición al considerarla extrema y escasamente adaptable al estilo de vida occidental.

Propiedades de la dieta del Yin-Yang

Las comidas que se ingieren en esta rutina de adelgazamiento se clasifican en Yin (alimentos con agua) y Yang (alimentos secos). De esta forma, los alimentos Yin van a ayudar a llevar cabo la purificación del cuerpo, mientras que los alimentos Yang intervendrán para acelerar el metabolismo.

El Yin está compuesto por todos aquellos elementos que, de alguna manera, se encuentran vinculados a la noche, lo femenino, el frío y la oscuridad. Por su parte, el Yang está asociado con lo masculino, el calor, el día y la luz. De esta forma, encontramos una serie de alimentos que poseerían energía Yin como las frutas, las verduras, los lácteos, las hortalizas y los productos con azúcar. En el otro lado, encontramos alimentos Yang como las carnes, los pescados, frutos secos, cereales, semillas, huevos y especias picantes.

Si, por ejemplo, te encuentras estresada o hiperactiva, habrás de recurrir a la dieta Yang. Ésta privilegia la ingestión de productos como las legumbres, las frutas, las verduras y los cereales, por encima del consumo de carnes rojas e, incluso, del pescado, al que sólo se podrá tener acceso, como máximo, una vez cada diez días. También se encuentran prohibidos los lácteos, los huevos, las frutas cultivadas a través del uso de productos químicos, la sal y los azúcares.

Peligros de la dieta del Yin-Yang

Uno de los principales peligros que los expertos en nutrición observan en este tipo de dieta reside en el peligro de sufrir deshidratación. Al estar restringido el consumo de líquidos el organismo puede llegar a descompensarse con facilidad e, incluso, llegar a sufrir insuficiencias renales. Además, si se eliminan los lácteos de la dieta diaria, existe un gran riesgo de sufrir hipocalcemia o niveles bajos de calcio.

También resulta recomendable alejar este tipo de regímenes de los niños ya que, fundamentalmente, éstos necesitan que su dieta sea, en la medida de lo posible, sana y equilibrada con un apoyo básico en los productos lácteos y proteicos dada la etapa de crecimiento en la que se hallan.

A grandes rasgos, parece una dieta bastante desequilibrada y poco variada debido, sobre todo, a las numerosas restricciones que puede llegar a presentar. Sin embargo, si decidís que es adecuada su práctica para vosotras, no olvidéis consultar previamente con vuestro médico de cabecera y con un nutricionista.

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