Depresión tras la jubilación: mantente en activo

Laura Sánchez, Filóloga

Nos pasamos la vida encadenadas a trabajos que no nos llenan, pero que pagan la hipoteca y las facturas. Y por eso esperamos con ilusión el momento de la jubilación. Ese momento en el que vamos a poder dedicarnos a lo que nos gusta, a estudiar, a viajar, a estar con nuestra familia...

Pero llegado el momento de la jubilación, algo cambia en la forma de ver esta nueva etapa y son muchas las personas que se derrumban emocionalmente y caen en una depresión. Analizamos los motivos de la depresión por jubilación.

La jubilación como causa de depresión

La verdad es que son muchos los factores que pueden desencadenar una depresión por jubilación. El principal motivo es la creencia errónea de que si ya no estamos en activo, laboralmente hablando, no servimos para nada, no aportamos nada a la sociedad y nos convertimos en personas inútiles. Como decimos, se trata de una creencia errónea pero no por ello menos peligrosa de cara a la depresión.

Otro motivo por el que la jubilación puede conducirnos a la depresión es la propia edad de la jubilación. Edad complicada en la que la juventud es solo un recuerdo, empezamos a intuir la vejez y aparecen los miedos propios de la madurez. Además, familiarmente, la jubilación suele coincidir con el momento en el que los hijos se marchan de casan, se independizan y debemos hacer frente a demasiados cambios al mismo tiempo.

Aunque resulte triste, la mera falta de obligaciones constituye un motivo de depresión. Nadie puede imaginarse sintiéndose triste por no tener que madrugar, pero lo cierto es que ocurre. Estamos tan ligados a nuestras obligaciones durante toda la vida, tan encadenados a las responsabilidades, que cuando finalmente nos liberamos, no sabemos cómo gestionar todo ese poder que tenemos.

Mantenerse en activo para evitar la depresión por jubilación

Como cualquier otro tipo de depresión, la depresión por jubilación también requiere de tratamientos médicos, pero como en cualquier otro tipo de depresión, nosotras mismas también podemos hacer parte del trabajo para superarla. La jubilación es el momento de disfrutar, eso es algo que debemos tener bien claro.

Ahora que no tenemos que trabajar tenemos todo el tiempo del mundo para disfrutar, para recuperar nuestros hobbies, para aprender nuevas cosas, para conocer gente distinta, para viajar, para descansar, en definitiva, es el momento de dedicarnos a nosotras mismas. ¿Por qué no aprovecharlo?

El inevitable miedo a envejecer, a la debilidad y a la enfermedad que se presenta a una cierta edad, puede reducirse poniendo todo de nuestra parte para tener una mejor calidad de vida. Todo ese tiempo que ahora tenemos para nosotras, podemos invertirlo en salud, cuidándonos y mimándonos para afrontar las siguientes etapas con salud y con toda la energía.

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