Remedios caseros como alternativas a los antibióticos

Marta Valle

Remedios caseros como alternativas a los antibióticos

Los antibióticos con base natural son todos aquellos remedios procedentes del mundo vegetal que disponen la capacidad de inhibir el desarrollo y el crecimiento de microorganismos en el cuerpo humano, así como, dado el caso, de eliminarlos. Hay que tener en cuenta que, a pesar de todas las bondades que nos puedan vender acerca de estos productos frente a los antibióticos clásicos, recomendamos que antes de proceder al inicio de cualquier tratamiento se consulte con el médico de cabecera. Una vez realizada esta aclaración, vamos a ofrecer algunos de los remedios caseros más recomendables como alternativa a los antibióticos.

Remedios caseros que funcionan como antibióticos

El ajo es, sin ningún tipo de duda, el remedio casero que funciona como mejor bactericida y antiviral natural. En su interior, podemos encontrar más de veinte componentes con propiedades para hacer frente a ciertas patologías víricas y cerca de cuarenta componentes beneficiosos en la lucha contra las bacterias. Todas las características intrínsecas que definen a esta planta, la hacen especialmente efectiva en todos aquellos tratamientos que se diseñen para curar enfermedades que afectan al sistema respiratorio. En el mismo orden de cosas, y perteneciente a la misma familia que el ajo, encontramos la cebolla, que puede ser usada tanto internamente -para combatir procesos infecciosos del aparato respiratorio- como externamente -está considerado un buen desinfectante y un gran expectorante-.

El consumo frecuente de jengibre, ya sea en forma de infusión o como complemento culinario, puede ayudarnos a combatir infecciones de carácter oral, intestinal o estomacal. Esto es así porque se trata de una planta rica en gingerol, sustancia con potentes efectos antibacterianos y antimicóticos y que, además, es capaz de fortalecer el sistema inmunológico. El limón es otro potente antibacteriano que la naturaleza nos ofrece para colaborar activamente permitiendo que los tiempos de recuperación en las afecciones resulten mucho más breves.

La equinácea puede considerarse como otro magnífico antibiótico natural ya que dispone excelentes propiedades antimicrobianas, situando esta planta como una alternativa casera válida a los productos químicos. Mediante su aplicación, podemos combatir los hongos y las bacterias, curar catarros, tratar la piel y reforzar el sistema defensivo. Por si fuera poco, posee la capacidad de estimular el sistema inmunitario, aumentando la producción de glóbulos blancos.

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