Manual de uso del enamoramiento

Laura Sánchez, Filóloga

Antes de llegar a vivir una relación de pareja estable habrás tenido que pasar por la inestabilidad del enamoramiento. Ese enamoramiento loco en el que las mariposas del estómago deciden por ti puede acabar en una indigestión de azúcar si no lo manejas bien. Por eso hemos elaborado un manual del enamoramiento saludable.

Fase 1 del enamoramiento

Has conocido a un hombre y resulta que te gusta, así que todo va bien. La cosa se complica si no solo te gusta, sino que además te vuelve loca, porque entonces se trata de un caso grave de enamoramiento. Las mariposas que sientes en el estómago han tomado el control de tu vida, pero tranquila, porque se pasa.

La primera fase del enamoramiento es esa en la que ves a ese hombre como el hombre perfecto y te sientes capaz de hacer cualquier cosa por él, hasta dejarlo todo por él. Las malditas mariposas han visto demasiadas películas románticas y la situación puede acabar en desastre. No hace falta que vomites las mariposas tan pronto porque solo estás empezando, pero date algún baño de realidad acudiendo a tu amiga más sincera.

Fase 2 del enamoramiento

Aún no has conseguido inmovilizar a tus mariposas y ellas siguen obligándote a hacer cosas estúpidas en nombre del amor. Hay que reconocer que vuestra historia de amor va bien, que el chico además de encantador es un dios del sexo y que además te sientes mucho mejor contigo misma y mucho más feliz. Así que habrá que seguirle el juego a las mariposas.

Pero tus mariposas aletean imaginación y ahora te ha dado por visualizar un futuro con ese hombre. Ya te ves en una casita con jardín rodeada de unos cuantos niños correteando mientras tu sonrisa bobalicona no cesa. Y a ti no te gustan las casas con jardín y mucho menos los niños, pero da igual porque a tus mariposas sí les gustan las casas con jardín y los niños.

Fase 3 del enamoramiento

Hasta ahora hemos dejado a tus mariposas del amor a su libre albedrío, pero este es el momento de actuar. Tu sabes algo que tus mariposas desconocen y es que tarde o temprano tu príncipe azul se convertirá en ese sapo que acabará con ellas de un lengüetazo pegajoso. Porque los sapos se comen todo tipo de insectos y también mariposas. Y también amor.

Así que pega un grito cuando estés sola para calmar a tus mariposas. Siéntate y espera a encontrarte con el objeto de tu amor. Entonces obsérvale, mira esos gestos que hace que no son tan sexys como te decían tus mariposillas, escúchale su charla intrascendente y valora cómo de interesado está en ti. Abre bien los ojos y utiliza todos tus sentidos porque ahora que tus mariposas han dejado de aletear te encuentras con otra lucha, la lucha del instinto contra la razón.

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