Mujeres y hombres de viaje: cómo llegar al destino (sin enfadarse antes)

Laura Sánchez, Filóloga

Llega el momento más esperado del año, llegan las merecidas y ansiadas vacaciones. Un periodo para disfrutar del tiempo libre, para viajar, para descubrir nuevos lugares, para acercarnos a nuestra pareja. No queremos destrozar esta estampa idílica, pero hay infinidad de estadísticas que hablan del aumento de separaciones y divorcios tras las vacaciones. El motivo concreto de estas rupturas post vacacionales lo desconocemos, pero debe estar relacionado con la aparición de la verdadera personalidad en estado relajado o con el diferente comportamiento de mujeres y hombres cuando están de viaje.

No perder de vista el objetivo del viaje

Unos dicen que un viaje en pareja es la mejor forma de retomar la chispa de la relación, tal vez agotada por la rutina. Otros dicen que no conviene pasar demasiado tiempo ociosos con la pareja no vayamos a descubrir aspectos de la personalidad que desconocíamos. Así que no sabemos bien cuál es el punto medio. Tal vez no pasar todas las vacaciones con nuestra pareja, pero sí hacer un fantástico viaje juntos.

El primer punto de conflicto es ponernos de acuerdo sobre el destino. Tú quieres visitas culturales, mientras que él quiere playa y chiringuito. El secreto de una buena convivencia es acercar posturas, ni para ti, ni para mí. Seguro que hay muchos destinos que incluyen ambas opciones de ocio. Elegido el destino no queda más que preparar las maletas y ponerse en marcha.

Sin duda, el objetivo principal del viaje sí es de común acuerdo. Desconectar, relajaros y, si es posible, acercaros un poquito más. Por eso es importante ignorar su mala cara, la palidez que le invade a los 20 minutos de entrar en ese museo y cogerle de la mano con una sonrisa como si no pasara nada. A cambio, las próximas dos horas las pasaréis bebiendo y comiendo en algún bar.

Cómo llegar al destino

Tú quieres ir a ese pueblecito con encanto que aparece en la guía de viaje y él sabe perfectamente cómo llegar. Ninguno de los dos había estado antes en ese lugar, pero las mujeres somos afortunadas cuando viajamos con nuestro novio porque los hombres llevan incorporado un GPS. Dios se lo puso; mientras que a nosotras nos dio una mayor movilidad en la lengua para poder preguntar. Veremos quién llega antes.

Los viajes en pareja requieren paciencia y comprensión. De nada sirve que te alteres porque sabes perfectamente que sin preguntar no vais a llegar a vuestro destino, porque él no va a preguntar. Tampoco es cuestión de que el viaje sea para él un jarro de agua fría en su ego, así que tómatelo como una posibilidad de disfrutar de todos esos parajes encantadores que no aparecen en las guías de viaje.

Como decía un famoso poeta, lo importante es el camino, no tanto llegar al destino. Eso sí, si ves que llega la noche y seguís dando vueltas, tal vez sea el momento de tomar cartas en el asunto. Tómatelo con humor y recuerda esas cosillas de tu chico que hicieron que te enamoraras de él, porque seguramente siguen estando ahí, incluso de viaje.

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