Complejo de Antígona: renunciar a todo por tus padres

Laura Sánchez, Filóloga

Algunos complejos psicológicos suponen renunciar casi por completo a la vida social. Es el caso del complejo de Antígona que lo sufren esas mujeres que dedican su vida al cuidado de sus padres dejando de lado su propia vida. En nuestro diccionario de complejos también tratamos el complejo de Antígona.

Cómo superar el complejo de Antígona

Volvemos a la antigua Grecia para entender el nombre de este complejo psicológico que hace estragos en la vida social de muchas mujeres. Antígona era la hija de Edipo y Yocasta, que pasó toda su vida pendiente del cuidado de sus padres y de su familia renunciando por ello al amor y a tener una vida propia.

Este complejo de Antígona tiene ciertas similitudes con el complejo de Caperucita porque en ambos casos aparece la vocación de servicio a los demás llevada hasta el extremo. Las Antígonas modernas renuncian a independizarse, a vivir ellas solas o a casarse y formar una familia. Piensan que sus padres las necesitan y se dedican en cuerpo y alma a su cuidado, de forma literal.

Como ocurre con la mayoría de los complejos, no estamos hablando de una actitud determinada, sino de un comportamiento anormal y exagerado. Entre renunciar a tu vida para cuidar a tus padres y olvidarte de ellos por completo existen infinidad de opciones que te permiten ejercer de hija, pero también de persona independiente, de madre, de esposa y de amiga.

Muchas veces el complejo de Antígona surge por ese sentimiento de culpabilidad tan arraigado en algunas familias y que afecta sobre todo a las mujeres. Las hijas se sienten obligadas a renunciar a su vida por el cuidado de sus padres para vivir sin el peso de la culpa. Puede que vivan sin el peso de la culpa, pero desde luego no es su propia vida la que están viviendo.

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