La influencia de un entorno negativo en el estrés: rodéate de buen rollo

Andrea Collantes

Nuestra necesidad de adaptarnos al entorno es uno de los factores promotores y generadores de estrés. El hecho de que nuestro entorno esté en constante cambio, hace que nos enfrentemos a situaciones y presiones que, en muchas ocasiones, no somos capaces de asimilar.

Además de vivir en un entorno hostil, debido a las exigencias que sobre todo el mundo laboral nos impone, el hecho de rodearnos de ciertas personas a las que denominamos tóxicas, puede hacer mella en nuestro interior de forma inimaginable.

Las personas tóxicas y su poder sobre la mente

Rodearnos de un ambiente en el que la rivalidad, la falta de apoyo, la negatividad o la envidia primen, puede ser altamente peligroso ya que nos hace más vulnerables ante el estrés.

Un entorno negativo compuesto por personas tóxicas hace que poco a poco toda nuestra energía positiva se vea absorbida por ellas, lo cual se conoce como vampirismo emocional.

Sentirnos manipulados, desvalorizados o chantajeados emocionalmente hace que nos inunde un sentimiento de inseguridad, culpa y debilidad, cuya consecuencia puede ser estrés, ansiedad e incluso depresión.

Ante este tipo de personas y entornos hemos de construir una barrera emocional que impida el paso de esa negatividad en nuestra mente y alejarnos lo máximo posible.

En muchas ocasiones, no sólo las personas son las que generan un entorno negativo sino que, si nos centramos en el ámbito laboral, una organización caótica o autoritaria en exceso, unas condiciones físicas precarias del lugar de trabajo o un entorno altamente impredecible, son factores que nos resultan altamente estresantes.

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