Remedios caseros para los calambres musculares

Marta Valle

Remedios caseros para los calambres musculares

La gran mayoría de nosotras hemos sufrido, en algún momento de nuestras vidas, un repentino, incontrolado e involuntario dolor muscular materializado en forma de calambre o de espasmo. Este tipo de anomalías están relacionadas normalmente con la pérdida de minerales -calcio, potasio o magnesio- y de líquidos debido a una abundante sudoración durante la práctica de ejercicio físicos o a síntomas de malestar corporal como los vómitos o las diarreas. Otras causas que pueden facilitar el desarrollo de estos calambres son la inactividad manifiesta o la mala higiene postural. Dado este escenario, proponemos una serie de remedios caseros para aliviar estos dolores.

Paliar los calambres musculares con remedios caseros

Un buen baño caliente puede ayudarnos a reducir el impacto muscular ocasionado por un calambre, puesto que el calor va a beneficiar la estimulación de la circulación sanguínea en las zonas que cuentan con más riesgos de padecerlos. De hecho, resulta tan importante el cuidado de este aspecto de nuestra salud que se recomienda encarecidamente evitar el uso de ropa excesivamente ajustada en las piernas cuando se padezcan molestias de este tipo, puesto que este hecho influirá en el incremento del dolor y, a su vez, dificultará de forma patente la irrigación sanguínea en la zona.

Algunos de los remedios caseros más efectivos para tratar los calambres musculares incluyen en sus recetas hierbas con propiedades medicinales como puedan ser el jengibre y la manzanilla. Para ello, podemos poner a hervir dos cucharadas de flores de manzanilla o una raíz de jengibre -de unos cinco centímetros de longitud aproximadamente- en un litro de agua. Estas infusiones pueden reducir palmariamente la inflamación y el dolor que aparecen ligados a este tipo de espasmos.

El castaño de indias supone otra de las grandes alternativas caseras con las que aliviar los dolores provocados por los calambres musculares. Se trata de una hierba compuesta por aescina, una sustancia que resulta una gran ayuda a la hora de tonificar tanto las arterias como los capilares, fortaleciendo, de esta manera, las paredes de las venas y aliviando los síntomas vinculados a los calambres. Puede prepararse en una infusión o ingerirse directamente en cápsulas.

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