Diferencias entre empezar una relación a los 20 y a los 30

Es cierto que el amor no tiene edad, como tampoco la tienen las relaciones de pareja. Cualquier momento es bueno para enamorarte o para tener una relación, que tampoco es cuestión de frenar el amor por una cuestión de agenda. Pero sí hay algunas diferencias entre empezar una relación a los 20 y empezarla a los 30, sobre todo en cuestión de expectativas.

Empezar una relación a los 20 años

Empezar una relación a los 20 años supone perderte muchas cosas que deberías hacer antes de tener pareja estable, pero el amor es así, que te sorprende en cualquier momento y en cualquier lugar y no lo puedes frenar. También te enriquece, como cualquier relación, tener pareja a los 20 te puede aportar un conocimiento extra que te vendrá muy bien en un futuro.

Hay parejas que empiezan así de jóvenes y logran mantenerse juntos por siempre. Y además en una pareja feliz. El motivo es que confían ciegamente en la fuerza del amor que les une (es importante que los dos confíen en la misma medida) y empiezan a caminar juntos por la vida, madurando juntos y con la certeza de que se acompañarán para siempre.

Lamentablemente, no siempre hay final feliz para estas parejas. Porque es sabido que los hombres maduran más tarde que las mujeres y este desajuste de maduración puede provocar intereses vitales encontrados e incompatibilidades imposibles de salvar. Pero al menos, llegarás a la treintena con una idea más clara de lo que esperas en una relación.

Empezar una relación a los 30 años

Y nos situamos en los 30 para empezar una relación donde sabes exactamente lo que quieres y lo que no, lo que debes exigir al hombre del que te has enamorado, lo que debes aguantar y lo que no, lo que debes arriesgar y lo que no. Te sabes la teoría porque te avalan unos cuantos años de experiencia y, sin embargo, no hay garantías.

No hay garantías de que tu relación funcione, como tampoco hay garantías de que esta vez no metas la pata perdiendo la cabeza por el hombre más tóxico del lugar. Lo sabes, lo sientes, lo hueles y tú y madurez emocional propia de la treintena vais de cabeza hacia la relación equivocada. ¿Y qué le vamos a hacer? Pues aceptarte tal y como eres y seguir adelante a pesar de los errores.

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