8 hábitos que te hacen engordar en la oficina

Desde las comidas de empresa a las cañas de los viernes

Olivia Blanc, Periodista
En este artículo
  1. Quedarse sentado en el escritorio
  2. Comer debido al estrés
  3. Almuerzos de negocios todos los días
  4. Las numerosas tentaciones de la oficina

8 hábitos que te hacen engordar en la oficina

¿Decidiste comenzar una dieta para perder algunos kilos? No nos creerás, ¡pero tu enemigo número 1 es la oficina! Desde picar durante toda la mañana hasta saltarse las comidas por largas reuniones, pero hay muchos más factore que pueden arruinar tu dieta y que te hacen engordar en tu lugar de trabajo. 

La situación se hace aún más difícil para quienes ejercen alguno de los trabajos que, respecto a otros, tienden a favorecer la acumulación de kilos de más. La investigación ha identificado algunos de estos. En la primera posición está la asistente administrativa, luego el ingeniero, el maestro, la enfermera, el gerente de TI, el juez, el obrero y el científico.

¿La solución? ¡Lee los consejos de los nutricionistas de la app ManzanaRoja, tu dieta personalizada para evitar caer en ellos! Descubre las trampas que se esconden detrás del escritorio, aprende a evitarlas y ¡adelgaza mejor!

Quedarse sentado en el escritorio

¡Desafortunadamente, casi todos estamos en el mismo barco! Todos los días pasamos horas y horas sentados detrás de un escritorio y, aunque nuestro cerebro trabaje duro, estar sentado no es bueno ni para el físico ni para la línea. Además, el hecho de quedarse quieto nos impulsa inconscientemente a picar constantemente para tener la sensación de hacer algo o para concentrarnos mejor.

¿Cómo solucionarlo? Tómate un descanso cada hora y levántate para estirar la cabeza y las piernas. Verás que tu rendimiento mejorará y podrás concentrarte sin tener la necesidad de estirar la mano para encontrar algo que meterte en la boca... Si realmente sientes que tu estómago hace ruido, anticipa media hora tu tentempié o la merienda (fruta, yogur, cereales) que, por supuesto, habrás traído de casa... Caminar es bueno, ¡pero no hacia la máquina de vending!

Comer debido al estrés

¿No soportas a tu colega? ¿Te irrita tu jefe o te sientes abrumado por una ira incontrolable desde que volviste de vacaciones? ¿Perteneces a esa categoría de personas que compensan el estrés con la comida? ¡Debes saber que la sensación de calma que sientes al comer es solo aparente! La psicóloga Floriana Ventura nos explica, de hecho, que comer contra la ira y el estrés es un mecanismo que no ayuda, al contrario, solo te hace volver a tener muchos kilos de más y grandes sentimientos de culpa.

¿Cómo solucionarlo? Distráete y trabaja la respiración, cerrando los ojos para liberar el estrés: las emociones negativas son como nubes negras que se van, espera a que pase la tormenta y notarás que fue solo un momento de desaliento. ¡Levántate del escritorio, haz gimnasia en la oficina, estírate como un gato para deshacerte de la tensión o compra una pelota anti estrés!

Almuerzos de negocios todos los días

Los almuerzos de negocios con el jefe o con los clientes son perjudiciales para la línea, ¡pero obviamente no pueden ser rechazados! El problema es que se pasa mucho tiempo alrededor de la mesa comiendo y hablando sobre el trabajo y, cuando estás a dieta, no es fácil controlarse porque siempre hay alguien dispuesto a tentarnos, del jefe al camarero que te sirve un vaso de vino o que te invita a elegir un plato no muy ligero.

¿Cómo solucionarlo? Es mejor aclarar las cosas de inmediato y decir que estás a dieta, ¡no hay de qué avergonzarse! Elige un entrante suave del menú y un segundo plato ligero porque, con el plato único, terminarías tu almuerzo antes que los demás y, al verlos comer, ¡no serías capaz de resistir al pan y comenzarías a picar sin parar! Recuerda: come lentamente porque los que comen rápido comen más, mastica cada bocado y bebe lentamente. Stefania Giambartolomei, nutricionista nos explica: "Comer despacio ayuda a la digestión porque el bocado bien triturado es más fácilmente atacado por los jugos gástricos, lo que puede demoler aún más los alimentos ingeridos y comenzar una adecuada digestión".

Las numerosas tentaciones de la oficina

Tu colega que trae un bizocho casero o una caja de chocolates es solo un ejemplo de las muchas tentaciones presentes en un espacio abierto... ¡es difícil resistir esta presión todo el día!

¿Cómo solucionarlo? No siempre puedes negarte. Stefania explica que algunas veces es mejor satisfacer el deseo de comer algo porque de lo contrario, este reaparecerá y, una vez que llegues a la comida permitida, hará que exageres. La solución: trata de adelantarte a tus colegas y lleva frutas secas o caramelos ligeros o té verde para ofrecerlos a todos en la oficina o, una vez a la semana, un dulce light... ¡tal vez eso les ayude a cambiar sus hábitos y a entender que hay mucha comida sabrosa, saludable y baja en calorías!

Saltarse el almuerzo por falta de tiempo

¿Te sientes abrumado por el trabajo? ¿Sientes que no tienes tiempo suficiente para hacerlo todo? ¿Prefieres saltarte los almuerzos y meriendas para concentrarte y deshacerte de la montaña de trabajo que se ha acumulado en tu escritorio? Debes saber que, al hacerlo, corres el riesgo de picar todo el día para compensar el ayuno... ¡hábito fatal para la línea!

¿Cómo solucionarlo? ManzanaRoja revela dos reglas simples a seguir: nunca evites el almuerzo y trata de comer más o menos a la misma hora para no llegar hambriento a la mesa. Organiza, entonces, tu día y tu trabajo para darte un descanso de al menos 20 minutos y disfruta de tu almuerzo. Si sucede que un día no tienes mucho tiempo, un bocadillo puede ser una buena solución: rápido, pero sana y equilibrada.

Las fiestas en la oficina

Cumpleaños, nacimientos, agradecimientos... Las ocasiones para celebrar son numerosas, ¡especialmente si trabajas en una gran oficina! No puedes rechazar las invitaciones para no arriesgarte a ser excluido o parecer arrogante o desagradable, ¡pero tampoco querrás que tu estómago sufra las consecuencias de estas extravagancias!

¿Cómo solucionarlo? ¡La moderación es la palabra clave! Únete a las celebraciones, ¡pero come un bocado y nada más! ¡Es una cuestión mental!

Los compañeros que presionan

¿Te hiciste amigo de un compañero generoso y apasionado de comidas y vinos? ¿Alguien que no pierde la oportunidad de darte buena comida o tratar de convencerte de probar nuevos restaurantes para el almuerzo? Si comenzaste una dieta, el sentido común te dice que rechaces sus invitaciones, pero tienes miedo de ofenderlo y ¡siempre terminas aceptando, en detrimento de tu línea!

¿Cómo solucionarlo? Para no perder su amistad, explícale que te gusta mucho la comida, pero que tienes que deshacerte de unos kilos de más para sentirte mejor. Si es una persona que te quiere, tal vez te ayude a seguir la dieta.

La caña del viernes

Cada viernes por la tarde se repite el mismo ritual: a la salida de la oficina, un colega agradable y dinámico organiza una cita en un bar chulo paratomar una caña o ir de tapas. Esta cita semanal es perfecta para que te relajes y conozcas mejor a tus colegas, pero no es ideal para tu dieta.

¿Cómo solucionarlo? Estos momentos son muy importantes para la armonía en la oficina y promueven la complicidad entre compañeros, ¡así que no te prives! Para reducir las calorías, trata de preferir los cócteles bajos en alcohol porque son menos calóricos, elimina las nueces y disfruta la conversación. Regla de oro: nunca llegues con hambre a la cita, ¡así que el viernes ten cuidado de no saltarte nada! 

 

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