El insomnio NO es hereditario; lo que se heredan son los hábitos

Laura Sánchez, Filóloga

El insomnio es considerado por muchas personas como un mal inevitable al que no pueden hacer frente, ya que muchas personas de su familia también lo padecen. Pero que varios miembros de una familia sufran problemas de insomnio, no lo convierte en un trastorno hereditario. El insomnio no se hereda, se heredan los hábitos de sueño.

El insomnio familiar

Si muchas veces se ha relacionado el insomnio con un problema hereditario o genético es por la frecuencia con que aparece en la misma familia. Tu padre dormía mal, a tu madre le costaba conciliar el sueño y entonces consideras normal que tú también tengas problemas para dormir. Tal vez tu padre dormía mal porque trabajaba a turnos y no podía regular su reloj circadiano. Tal vez tu madre no podía dormir por los ronquidos de tu padre. Y tal vez tú tengas insomnio porque en este momento tienes un millón de preocupaciones. Pero nada tiene que ver con una herencia genética.

Descartados los casos de insomnio originados por un problema físico, que entonces sí puede ser hereditario y los más raros casos de insomnio letal familiar, que sí se transmiten de generación en generación, los problemas para dormir responden a malos hábitos de sueño. Unos hábitos de sueño que pueden convertirse en tu herencia de insomnio.

Si en tu familia el insomnio es una especie de tradición, puede ser que no tengáis una higiene del sueño adecuada. Si es tradición cenar platos contundentes, si os gusta estar hasta altas horas viendo la tele y si os tomáis siestas de forma indiscriminada, es posible que esos comportamientos se imiten desde la infancia. Dormir bien es un ejercicio de constancia y regularidad que tal vez no encaje en las costumbres diarias de tu familia.

Cómo solucionar el insomnio en la familia

En ningún caso debes aceptar los problemas de insomnio como un mal familiar inevitable. Seguramente a estas alturas ya eres bien consciente de la necesidad de dormir bien para asegurarte una buena calidad de vida, así que es el momento de desterrar viejos hábitos de sueño y sustituirlos por otros nuevos que te permitan dormir un sueño reparador.

Establece horarios regulares para acostarte y levantarse, así como rutinas diarias que te conduzcan a la cama en un estado lo más relajado posible. Apaga la televisión pronto, reduce la intensidad de la luz para no perjudicar la producción de melatonina y olvídate de las disputas familiares después de cenar para no meterte en la cama con tensión o mal humor.

Seguir escrupulosamente una higiene del sueño es muy importante, especialmente si tienes niños, porque así pueden adquirir desde pequeños unos hábitos de sueño que los mantenga protegidos del insomnio. Pero recuerda que de poco sirve decirle a un niño lo que tiene que hacer si no ve el ejemplo en sus padres.

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