Cuida tus riñones: dieta para evitar y curar enfermedades renales

Marta Valle

A pesar de que los riñones cumplen una función fundamental, pueden llegar a sufrir multitud de dolencias, ya sea de carácter infeccioso, inmunológico, cálculos renales o, incluso, cáncer. El principal cometido de estos órganos consiste en eliminar las toxinas contenidas en la sangre, además de expulsar mediante la orina todas aquellas sustancias que no pueden ser aprovechadas por el organismo.

En caso de sufrir alguna patología de este tipo, lo recomendable es establecer un gran control sobre los alimentos que ingerimos, restringiendo todos aquellos que, por su composición, puedan ser perjudiciales para los riñones.

Dieta para los riñones 

Las proteínas suponen los nutrientes que más hacen trabajar a los riñones por su compleja eliminación. Concretamente las que provienen de la carne, el pescado y los huevos. Un consumo moderado es elemental ya que, por un lado, son fundamentales para el organismo pero tomadas en exceso pueden perjudicar los órganos excretores.

Se recomienda, a su vez, reducir la ingesta de alimentos ricos en oxalatos, tales como el chocolate, las fresas, las espinacas, las acelgas, los tomates o las judías ya que pueden provocar la creación de cristales. Problema que también puede ser generado, por otra parte, si abusamos del consumo de productos lácteos, especialmente los enteros. La sal se convierte en un tercer grupo de nutrientes a evitar, ya que en excesivas cantidades puede generar subidas de la presión arterial que terminen dañando los riñones.

Aquellas que sufráis problemas de colesterol, podéis ser más propensas a sufrir un problema renal, por lo que, en caso de alguna insuficiencia relacionada con los riñones, deberéis reducir la cantidad de grasas que introducís habitualmente en vuestras dietas. Igualmente, si sois diabéticas, la ingestión limitada de azúcares va a favorecer una evolución lenta de cualquier complicación renal.

El agua se convierte en un elemento fundamental

El agua es el medio a través del cual se disuelven todos los minerales y las toxinas. En caso de patología renal, la primera regla es beber mucha agua salvo que, por alguna dolencia, se tienda a orinar poco. El consumo recomendado oscila entre los dos y los tres litros diarios. De esta forma evitaremos enfermedades en el riñón, formación de piedras e, incluso, infecciones de tipo urinario.

Una dieta rica en productos naturales como la fruta y la verdura, especialmente aquellos que dispongan de una función diurética constituyen la base alimentaria para cualquiera que se encuentre interesada en mejorar la salud de sus riñones. Alimentos como la uva, la sandía, el melocotón, la alcachofa, la manzana, el limón, la naranja, la lechuga, el pepino o las patatas complementados con nutrientes integrales como el arroz nos ayudan a impedir complicaciones relacionadas con estos órganos tan delicados. 

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