Leyendas mexicanas para recordar el Día de Muertos: relatos tradicionales

El Día de Muertos no sería lo mismo sin esas leyendas y relatos tradicionales mexicanos que hacen que se nos pongan los pelos de punta. En esta festividad tan importante para la cultura mexicana es común contar estas leyendas por la noche, tanto en los hogares como en los panteones. En las escuelas se suelen enseñar para que los niños se familiaricen con ellas y es común que las principales localidades del país organicen noches de leyendas donde actores las cuentan o incluso las representan.

Son parte fundamental de la manera en que los mexicanos y las mexicanas “viven” la muerte, cómo la interpretan y aprenden a convivir con ella. Hay cientos de leyendas mexicanas para recordar el Día de Muertos, que varían en cada región del país, así que aquí queremos hacer un homenaje a la cultura azteca con la recopilación de algunos relatos tradicionales, típicos y muuuy escalofriantes y terroríficos. ¿Preparados para pasar mucho miedo?

La leyenda de la flor de cempasúchil: un símbolo en el Día de Muertos

La flor de cempasúchil es una de las ofrendas tradicionales que se colocan en los altares de todo México. Su origen proviene de esta leyenda prehispánica que se ha transmitido de generación en generación. Xóchitl y Huitzilin eran dos jóvenes enamorados que crecieron juntos desde su más tierna infancia. Se amaban tanto que un día subieron al cerro donde más alto brillaba el sol a pedir a Tonatiuh (el Dios del Sol) que bendijera su unión para poder continuar amándose siempre.

Sin embargo, a pesar de la bendición del dios, las circunstancias los separaron. Huitzilin fue llamado a luchar por su pueblo en una guerra y resultó fallecido. Al enterarse, Xóchitl fue a visitar al Dios del Sol para implorarle que la permitiera unirse a su amado eternamente. Tonatiuh accedió y posó un rayo dorado sobre la joven, convirtiéndola en un hermoso capullo de color naranja. Sin embargo, esta bella flor permaneció cerrada, hasta que un día un bello colibrí se posó en ella. Era su querido Huitzilin, convertido en colibrí para que pudiera visitar a Xóchitl por la eternidad. Así nació la flor de cempasúchil, la cual es hoy en día considerada esencial para facilitar el camino de las ánimas al mundo terrenal el Día de los Muertos y que puedan regresar a donde pertenecen después.

La fiesta de Todos Santos: leyenda mexicana para el Día de Muertos

Cuentan que había un hombre de un pueblito pequeñito que no creía mucho en el Día de Muertos. Pensaba que no era cierto que las ánimas llegaban a visitar a los familiares a las casas, allí donde les dejaban las ofrendas. Así que el señor no quiso hacer un gran altar, decidió irse a trabajar y simplemente dejar a sus padres unas enchiladas y unas ramas de wax tierno, que le gustaban a su papá en vida.

El día de Todos Santos, el 1 de noviembre, cuando volvía de trabajar, vio como un gran grupo de personas felices caminaban sonrientes con cestos de frutas, comidas varias, chocolates y un sinfín de regalos. No eran los vecinos habituales del pueblo y de repente comenzó a ver caras conocidas de amigos y familiares ya fallecidos. El señor se dio cuenta de que eran las ánimas y al ver pasar a sus padres se apenó de haberles dejado tan poca ofrenda. Se acercó a ellos y les pidió que esperaran, que debía ir a preparar una ofrenda más grande.

Sus padres le dijeron que no podían detenerse en ese momento, pero que si lo deseaba podía preparar la ofrenda y llevarla a la mañana siguiente a la puerta de la iglesia antes de la primera misa, donde podría verlos. El señor se puso rápido a la tarea. Mató puercos, pollos, le pidió a su esposa que le ayudara a cocinar tamales y otros platillos. Un poco antes de la hora fijada se sentía muy cansado, por lo que le comentó a su esposa que se acostaría un rato en lo que se terminaban de cocer los tamales. Cuando pasó el tiempo y su esposa fue a despertarle resultó que el hombre había fallecido. Por tanto, toda su ofrenda acabaron comiéndosela los invitados al velorio.

La leyenda mexicana de Don Juan Manuel

Los capitalinos o chilangos, como se les llama a los que viven en Ciudad de México, conocen bien la leyenda de Don Juan Manuel. De hecho, se sabe que su sombra se aparece constantemente preguntando por la hora en la entrada de la calle República de Uruguay número 90, en pleno Centro Histórico de la capital mexicana. Don Juan Manuel fue un hombre rico y amado, pero nunca pudo cumplir su deseo de tener hijos. Un día, decidió dedicar su vida a la religión, por lo que mandó llamar a su querido sobrino para dejarle encargado de los negocios familiares, ya que su deseo era convertirse en fraile.

Cuando decidió decírselo a su esposa, esta accedió de buena gana comprendiendo las razones de Juan Manuel. Sin embargo, al ver una reacción tan comprensiva de su esposa, el señor se dejó llevar por los celos y pensó que su esposa tenía un amante. El Demonio aprovechó las inseguridades de Don Juan Manuel y cuando este lo invocó el carnero le pidió que saliera a matar al primer hombre que encontrara fuera de su casa a las 11 de la noche. Así que Don Juan Manuel lo hizo pensando y en la oscuridad de la noche mató al primer hombre con el que se cruzó a la hora señalada. Al día siguiente el Demonio le dijo que se había equivocado y no era el amante, que debía matar de nuevo. Así fue que cada noche Don Juan Manuel salía con capa negra y a la hora convenida al primer hombre que pasaba frente a su casa preguntaba:

− Perdone usted, ¿qué horas son?

− Las once.

− ¡Dichoso usted, que sabe la hora de su muerte!

El celoso y desesperado Don Juan Manuel mató a muchos hombres, hasta que una mañana se dio cuenta de que el cadáver que estaba frente a su casa era el de su apreciado sobrino. Al darse cuenta de cuáles habían sido sus pecados acudió a un franciscano y al confesarle sus asesinatos le impuso una penitencia: rezar tres noches a la medianoche tras una hogera para salvar su alma.

Don Juan Manuel comenzó su penitencia, pero nunca la terminó. parece que los demonios se le aparecían constantemente mientras rezaba, impidiéndole cumplir su misión de salvación. Don Juan Manuel apareció ahorcado la mañana antes de la última noche de rezos, condenando su existencia por toda la eternidad.

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La llorona: el relato mexicano más célebre y tenebroso

Hay varias historias que circulan en torno a la leyenda de La Llorona, pero la más extendida cuenta que había una hermosa mujer, María, de pelo oscuro y largo que fue muy feliz en su matrimonio hasta que tuvo a sus dos pequeños. Parece que su esposo, que siempre había sido amable y gentil, cambió ante el nacimiento de sus hijos, abandonó a la mujer y cuando la visitaba solo lo hacía centrándose en los dos inocentes.

Un día que paseaba con sus hijos por la calle, su esposo llegó de repente en un carruaje para ver a sus hijos, haciendo caso omiso a su esposa. La mujer, desesperada ante la situación, llena de celos por sus hijos y la incomprensión del comportamiento de su esposo, en un ataque de ira sin precedentes ahogó a sus hijos en el río. Al darse cuenta de lo que había hecho fue corriendo a sacarlos, pero ya fue demasiado tarde. La mujer pasó su vida llorando vagando las calles de su pueblo, con un vestido blanco y su cabellera suelta, destrozada por lo que había hecho. Se dice que todavía se puede escuchar a su espíritu por calles y las veredas de los ríos, lamentando su propia suerte ―¡ay mis hijos!, lamenta― y buscando niños que pueda arrastrar a la muerte ahogándolos en los ríos.

La escalofriante historia de El Sombrerón

Es uno de los personajes más temidos del sur de México, aunque la leyenda del Sombrerón se extiende  también por toda Centroamérica hasta Colombia. El Sombrerón es un hombre montado en un caballo negro, que siempre lleva puesto un enorme sombrero que no deja ver su rostro con claridad, es como una sombra.

Algunas versiones de la leyenda cuentan que lleva dos perros negros aterradores junto a él. Camina por las calles en busca de inocentes a quien engañar para que vendan su alma. Se dice que quien intenta verlo llevado por la curiosidad al escuchar su caballo pasar puede llegar a quedar loco de por vida. Un escalofrío pasa por el cuerpo de todos aquellos que están cerca de su paso. El Sombrerón se aparece muchas veces de manera amistosa, ofreciendo riquezas a sus víctimas, para después despojarlas de su alma. Cuando los pecadores que se han dejado embaucar por este temible personaje se dan cuenta e intentan liberarse de su maldición, el Sombrerón reclama el pago de un alma inocente de un niño, por lo que las mismas personas son las que acaban robándolos para dárselos al jinete. Todos temen al Sombrerón y cuando en una calle silenciosa los perros comienzan a ladrar sin razón alguna se dice que está cabalgando cerca.

La zorra mensajera de la muerte

En algunos pueblos de San Luis Potosí se escucha el cante de la zorra. Cuando la zorra aúlla por la tarde, significa que alguien del pueblo morirá. Su cante es agudo y constante y saben el significado que tiene: la muerte. Incluso a veces aúlla durante días anunciando la muerte de un natural del pueblo que vive lejos de allí. Se considera que este animal es la mensajera de la muerte, por lo que lo mejor es tenerla lo más lejos posible.

La planchada: leyenda para reflexionar en el Día de Muertos

En el hospital Juárez de Ciudad de México el personal médico dice haber visto a la “planchada”, como la llaman, vagar por los pasillos desconsolada. Eulalia era una bella enfermera que siempre llevaba el uniforme impecablemente planchado y que se enamoró de un guapo doctor recién llegado, Joaquín. A pesar de que todo el mundo le advertía de que este no era de fiar y que era demasiado mujeriego ella continuó la relación, hasta que el doctor le pidió matrimonio. Unos 15 días antes de la boda el doctor Joaquín marchó a un seminario y aunque le había prometido que volvería nunca lo hizo. Finalmente pudieron corroborar lo que todos habían sospechado, el doctor Joaquín estaba casado y había vuelto con su esposa.

Dicen que Eulalia nunca volvió a ser la misma, unos cuentan que se le fue la cabeza, que se convirtió en una mujer amargada que no cuidaba adecuadamente de sus pacientes y otros que acabó suicidándose en el hospital por el profundo mal de amores que tenía. Algunos pacientes dicen que Eulalia se les ha aparecido para velar por ellos, ya que parece que ahora se dedica a cuidar a sus pacientes, porque se siente avergonzada de no haberlo hecho correctamente en vida.

Otras leyendas mexicanas de terror y miedo para contar en el Día de Muertos

Lo cierto es que México es un país por el que circulan cientos de leyendas que se transmiten de padres a hijos con el paso de los años. Y, como no podía ser de otra forma, existen algunos relatos de terror y miedo que son ideales para reunirse en familia y contar durante el Día de Muertos. A continuación te dejamos algunos de los más célebres. ¿Con cuál te quedas?

¿Y tú? ¿Con cuál de todas estas leyendas para el Día de Muertos te quedas? ¿Conoces alguna otra? ¡Puedes contárnosla en los comentarios! ¡Te leemos!

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