Depresión crónica: un trastorno que también tiene cura

Laura Sánchez, Filóloga

La depresión puede llegar a afectar de forma muy diferente a las personas. Mientras que algunas personas únicamente atraviesan por períodos de desánimo, otras se encuentran en algún momento de su vida sufriendo un trastorno depresivo que requiere un tratamiento efectivo y muchas ganas de superar la enfermedad.

Distinto es el caso de aquellas personas que, por una tendencia hereditaria, por un problema físico o porque no tienen las herramientas adecuadas para superar su tendencia a la tristeza, enlazan una depresión tras otra en lo que acaba convirtiéndose en una depresión crónica.

Qué es la depresión crónica

La depresión crónica o distimia se trata de un trastorno emocional que presenta los mismos síntomas que una depresión, aunque de intensidad más reducida. Lo que diferencia a una depresión de una depresión crónica es tanto su duración como la cantidad de veces que se repite.

Es por eso que muchas personas tienen la idea equivocada de que una depresión no se puede curar. Pero hasta la depresión crónica encuentra el éxito en sus tratamientos, siempre y cuando la persona que lo sufre sea consciente de que puede curarse y, lo que es más, tenga ganas de curarse.

Porque enlazar una depresión con otra y encontrarse con una depresión crónica puede dar la impresión de que poco podemos hacer para tratar el problema. Sin embargo, podemos asegurar que la tristeza continuada, la falta de ilusión y esperanza, la fatiga o los episodios de llanto no forman parte de nuestro estado de ánimo natural. Así que debemos acabar con ellos.

Convivir con la depresión crónica

Evidentemente, el tratamiento contra la depresión crónica va a llevar más tiempo del habitual y deberá incluir, tanto medicamentos como psicoterapia. El problema surge cuando el especialista no da con los fármacos más adecuados para nosotras y cuando la terapia psicológica no acaba de calar en nuestro interior.

Pero debemos tener paciencia y seguir confiando en el éxito de los tratamientos, así como estar muy convencidas de que nos merecemos ser felices; y por ese motivo queremos salir de la depresión. Mientras encontramos un tratamiento efectivo para la depresión crónica, o mientras el tratamiento que seguimos hace su efecto nosotras mismas podemos hacer algunas cosas para ayudar en la recuperación.

El ejercicio físico, que parece la panacea de una vida feliz, es nuestro mejor aliado, por mucho que nos sintamos fatigadas y sin ganas de movernos. Esa falta de ganas también la tenemos que vencer para obligarnos a salir con nuestros amigos de siempre, para buscar actividades nuevas que mantengan nuestros pensamientos negativos alejados y para atrevernos a salir de casa sin miedos y sin pesimismo.

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