Sentir el frío de la soledad

Laura Sánchez, Filóloga

Recordamos perfectamente canciones tristes y poemas que hablan de la soledad en donde se entremezclan las sensaciones de tristeza y de frío. Los poetas y compositores hace tiempo que descubrieron esa relación existente entre el frío y la soledad, y la cultura popular también utiliza frases hechas del tipo "me deja fría" para referirnos a una situación en la que no estamos implicadas o a una persona que no nos importa.

Ahora, de la metáfora pasamos al plano físico, porque el frío que notamos cuando nos sentimos solas es muy real.

La soledad produce frío

La constatación de que el estado de ánimo influye en la percepción de la temperatura nos llega de la mano de un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá).

En una sala que en todo momento permaneció a la misma temperatura se le pidió a un grupo de personas que evocara una situación en la que se habían sentido solos, mientras que otro grupo recordaba momentos en los que gozaban del cariño de sus allegados. La percepción de la temperatura de la sala era mucho más baja para aquellas personas que estaban recordando su soledad que para los que estaban disfrutando recordando el cariño.

Paralelamente, se comprobó que aquellas personas que tenían un sentimiento de soledad tenían la necesidad de ingerir bebidas calientas como una taza de té o de chocolate. Pero efectivamente, no hace falta un estudio científico para saber lo reconfortante que puede ser una manta y una taza de café caliente cuando nos sentimos tristes y solas, porque es algo que, en mayor o menor medida, todas hemos experimentado.

Si te paras a pensar en esos momentos de tu vida rodeados de tristeza o angustia puedes recordar perfectamente esa frialdad ambiental que notabas. Una ruptura sentimental es uno de esos momentos en los que el sentimiento de soledad aparece con más fuerza, porque el vínculo con tu pareja es uno de los más fuertes ya que te mantiene enlazada con la sociedad. Aunque tu pareja se haya roto en pleno verano, seguro que recuerdas esa sensación de frío incontrolable.

La soledad del invierno

Y es que existe una estrecha relación entre el estado de ánimo y el clima. De hecho hay enfermedades como el desorden afectivo estacional que presenta una mayor incidencia en la temporada de otoño-invierno. Sensaciones como la tristeza, el desánimo o la desilusión hacen su aparición con la llegada del frío, llegando en muchos casos a una depresión.

Algo que se relaciona no sólo con la bajada de las temperaturas, sino con una disminución importante de las actividades sociales. Ya sabemos de la importancia de las relaciones sociales para tener una vida más plena y ser más felices, así como que las muestras de cariño son fundamentales para un buen estado de salud.

Pero ocurre que cada vez más gente se siente sola, ya que no todas las personas disponen del apoyo familiar o de un círculo de amigos incondicionales. Y la soledad no siempre viene impuesta por un carácter difícil, sino que muchas veces son unas particulares circunstancias de trabajo o de lugar de residencia las que dificultan la interacción social. En cualquier caso y, dada la importancia que tiene el calor humano, la soledad es un sentimiento a evitar si queremos gozar de un buen estado físico y mejor ánimo.

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