Ansiedad y angustia: aprende a diferenciarlas para combatirlas

Laura Sánchez, Filóloga

En relación con los trastornos emocionales existe una asimilación de los diferentes términos o incluso estados de ánimo que dificulta su identificación. Ansiedad, estrés, angustia, nervios, tristeza, depresión...Es cierto que cada uno de estos estados posee varias características de los otros, pero conviene diferenciarlos para combatirlos con más firmeza.

Es cierto que la angustia está estrechamente vinculada a la ansiedad, pero por su tendencia a la tristeza y al sentimiento de pena, está aún más cerca de la depresión. Sin embargo, aún son muchas las personas que no pueden diferenciarlas. Te contamos la diferencia entre ansiedad y angustia.

La relación entre la angustia y la ansiedad

La angustia es un estado de pena profundo, de intensa desolación que también va acompañada de un miedo impreciso. Cuando esta situación de angustia persiste durante mucho tiempo puede convertirse en causa de ansiedad, es decir, puede generar un trastorno de ansiedad grave. Sin embargo, la angustia se considera más bien un síntoma de ansiedad.

Tanto angustia como ansiedad presentan ciertos aspectos comunes como pueden ser el temor, el pánico, las palpitaciones, los sudores o la indecisión. Sin embargo, hay una gran diferencia entre angustia y ansiedad y es que mientras que la angustia es totalmente paralizante, la ansiedad se caracteriza más por la agitación y el nerviosismo.

Muchas veces hemos comentado la dificultad a la hora de acertar con el tratamiento para la ansiedad, por las mil caras que presenta, por las diferentes formas que tiene de manifestarse. Lógicamente, una persona en cuyo trastorno de ansiedad predomina la angustia, el temor y el pánico hasta el punto de quedar paralizada, va a necesitar un tratamiento distinto al de esa persona que manifiesta su ansiedad en forma de nerviosismo, indecisión e hiperactividad.

Evitar la angustia

La angustia, al igual que la ansiedad, también presenta diferentes aspectos, así como causas y manifestaciones. No es lo mismo la angustia por un acontecimiento concreto, como por ejemplo la muerte de un familiar o la angustia por temor ante el futuro, como por ejemplo por problemas laborales, que la angustia existencial.

Pero todos estos tipos de angustia encuentran su mejor tratamiento en la terapia cognitiva. Un método que nos enseña a superar los acontecimientos traumáticos del pasado, a apreciar y disfrutar el presente y a afrontar el futuro con fuerza e ilusión. En definitiva, este tipo de terapia psicológica nos ayuda a ser más fuertes psicológicamente.

Además, hay algunos remedios caseros, como las flores de Bach o algunos medicamentos, como los antidepresivos, que reducen considerablemente el grado de angustia, por lo que al liberarnos un tanto de la pena y la desolación, dejamos espacio para el optimismo.

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