Terapia cognitivo-conductual, el tratamiento estrella contra la ansiedad
¿En qué consiste la terapia cognitivo-conductual?
Estamos buscando los mejores tratamientos para combatir la ansiedad. Y no es que queramos terminar con ella, porque la verdad es que necesitamos la ansiedad para sobrevivir; lo que queremos hacer es aprender a manejar la ansiedad y que no se convierta en un trastorno psicológico que se interponga entre nosotras y nuestra felicidad.
Y entre los numerosos tratamientos y terapias que encontramos para combatir la ansiedad, la estrella es la terapia cognitivo-conductual. Se trata de una terapia psicológica más efectiva a largo plazo que el tratamiento farmacológico, sin efectos secundarios y que nos protege frente a recaídas. Te contamos cómo puede ayudarte la terapia cognitivo-conductual a superar la ansiedad.
En qué consiste la terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual es una terapia psicológica válida para cualquier tipo de ansiedad así como para la mayoría de los trastornos psicológicos, entre ellos, la depresión. Se centra básicamente en dos direcciones: racionalizar el pensamiento automático y modificar el comportamiento destructivo.
Cuando hablamos de pensamientos automáticos o irracionales nos referimos a esos pensamientos que se generan en nuestra mente sin darnos cuenta y que disparan nuestro mecanismos de alarma, esto es, la ansiedad, en momentos en lo que realmente no son necesarios. No encontramos ante fobias y miedos irracionales, pero también ante situaciones cotidianas que nuestra mente reconoce automáticamente como amenazantes sin serlo en realidad.
Una vez que la terapia cognitivo-conductual nos ha ayudado a identificar esos pensamientos automáticos distorsionados que hacen disparar nuestra ansiedad, es el momento de corregir nuestro comportamiento. Por ejemplo, si eliminamos de nuestro pensamiento la idea de que viajar en metro es algo amenazante, podemos pasar a utilizar el metro sin peligro de una crisis de ansiedad.
Ventajas de la terapia cognitivo-conductual
Lógicamente la terapia cognitivo-conductual necesita tiempo. Tiempo para identificar los pensamientos automáticos erróneos, tiempo para cambiarlos por pensamientos más positivos y más ajustados a la realidad y tiempo para reeducar nuestras reacciones o comportamiento.
La principal ventaja de esta terapia cognitivo-conductual frente a otros tratamientos, como puede ser el farmacológico, es que sus resultados son más contundentes, más estables, ya que no su objetivo no es únicamente eliminar o aliviar los síntomas de la ansiedad, sino aprender a manejar la ansiedad de forma que no se convierta en una patología. Por eso, además, de a superar un trastorno de ansiedad, la terapia cognitivo-conductual nos ayuda a no sufrir recaídas.
La falta de efectos secundarios y la fortaleza psicológica que aporta son otras de las ventajas de este tratamiento, aunque hay que advertir que debe hacerse siempre por un profesional y alejarse de ciertos vendedores de felicidad que comercian con los desequilibrios emocionales ajenos. También nos gustaría señalar la prioridad que nuestro sistema sanitario da al tratamiento farmacológico para combatir la ansiedad, en detrimento de las terapias psicológicas, a las que es más difícil acceder de forma gratuita.
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