Complejo de superioridad, la otra cara de la inseguridad

Laura Sánchez, Filóloga

Hay personas seguras de sí mismas, decididas y exitosas. Y luego están las personas arrogantes que te miran por encima del hombro como perdonándote la vida. Descartando el síndrome de imbecilidad, que aún no ha sido diagnosticado, este tipo de personas padece uno de los complejos psicológicos más problemáticos: el complejo de superioridad. En nuestro diccionario de complejos te desvelamos lo que se esconde tras el complejo de superioridad.

Qué es el complejo de superioridad

El complejo de superioridad es uno de esos complejos psicológicos de difícil identificación. ¿Cómo reconocer el límite entre una persona firme y decidida y una persona con complejo de superioridad? El límite podría establecerse en el grado de arrogancia y educación de esa persona.

Las personas con complejo de superioridad actúan de forma despótica, arrogante, prepotente y, muchas veces, llegan a ser personas agresivas. El desprecio con el que miran a los demás mortales no es sino una máscara que esconde sus propios temores e inseguridades. Y es que la paradoja de este complejo es que, en realidad, no es sino el mismo complejo de inferioridad. Solo que la reacción ante el sentimiento de inferioridad es diferente.

En muchos casos, la personas con complejo de superioridad han tenido que sobrevivir a una infancia difícil en la que les recordaban continuamente que no valían nada. En lugar de venirse abajo, estas personas entran en una especie de competición con la vida y con su entorno para demostrar que sí valen. Y efectivamente, logran demostrarlo excepto a ellas mismas. Porque en su cabeza siguen manteniendo esa idea que les inculcaron desde pequeños.

Lo que esconde el complejo de superioridad

Inseguridad. Es la palabra clave para entender este complejo de superioridad que es al mismo tiempo un complejo de inferioridad. Una persona que se cree más que los demás, que se cree mejor que los demás, posee el mismo desorden emocional que la persona que se cree inferior. La diferencia está en cómo se proyecta ese desorden emocional.

Los delirios de grandeza, la ínfulas, el narcisismo, el egocentrismo...son el resultado de una falta de confianza en uno mismo escondida tras una máscara de irrealidad. El sentimiento de superioridad es la forma que tienen algunas personas de compensar su inseguridad, su frustración y su insatisfacción.

Desde este punto de vista, el complejo de superioridad tiene el mismo tratamiento que el complejo de inferioridad. Es decir, para superar el complejo de superioridad es necesario mejorar la autoestima, pero no para sobrevalorarse, sino para valorarse en su justa medida desde una perspectiva más realista.

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