Fobia social o timidez: ¿trastorno emocional o rasgo del carácter?

Existe una línea muy delgada que separa la timidez de la ansiedad social

Paula Díaz
En este artículo
  1. ¿Es fobia social o timidez? 
  2. ¿Tienen solución? 

Del 'me da vergüenza hablar con desconocidos' al 'prefiero quedarme en casa para no tener que enfrentarme a alguien que no conozco'. La línea que separa la timidez de la fobia social es muy fina, pero las consecuencias son muy diferentes. Comprender los límites de una y de otra es esencial para encarar el problema de una manera eficaz.

A continuación te damos la claves para diferenciar si es fobia social o timidez lo que dificulta o impide la relación con otras personas. 

¿Es fobia social o timidez? 

La principal característica de la timidez es la inhibición social, algo que también encontramos en la fobia social, pero muy acentuado. La diferencia entre ambas es una diferencia de grado. Y mientras que la mayoría de los casos de timidez se pueden vencer con el esfuerzo propio, la fobia social requiere un tratamiento médico.

1 Qué es la timidez

La timidez es una característica de la forma de ser de una persona. Este rasgo de la personalidad hace más complicado entablar amistades, provoca ciertos nervios al expresarse delante de otras personas, dificulta las relaciones sociales... Una persona tímida suele ser callada, ya que prefiere guardarse sus opiniones por el miedo a ser juzgada.

La timidez es muy común en la sociedad y siempre que se sepa controlar no es un problema grave. Este rasgo de la forma de ser puede darse en distintos niveles. Todo el mundo, de una manera u otra, es un poco vergonzoso ante ciertas circunstancias. Es normal, por ejemplo, sentirse un poco cohibido en una reunión con todos los jefes de tu empresa o ponerse nervioso en la presentación de tu proyecto final de carrera. 

Sin embargo, según se escalan niveles, las personas tímidas encuentran más y más dificultades para relacionarse con el entorno que le rodea. Sienten que todo el mundo les observa, creen que van a hacer algo mal, piensan que los otros solo se van a fijar en sus defectos... Y cuantos más escalones subamos, más cerca estamos de la fobia social

La timidez se convierte en fobia social cuando la vida de la persona queda totalmente limitada por el miedo a relacionarse con otras personas. 

2 La fobia social o ansiedad social

A diferencia de la timidez, la fobia social es un trastorno que necesita la ayuda de un especialista para superarse. Ansiedad, fobia social y timidez se convierten en aliadas para perjudicar la vida de todas esas personas tímidas que no se atreven a afrontar determinadas situaciones sociales. El miedo llega para acompañar a estas tres compañeras y paralizar a la persona que lo sufre.

Una persona que sufre de ansiedad social severa dejará de salir a la calle para no tener que enfrentarse a personas desconocidas. Prefiere quedarse en casa ante la posibilidad de que alguien se pueda sentar a su lado en el autobús, de que un desconocido le pregunte la hora, de que le presenten a algún extraño... 

Relacionarse con otras personas causa una gran ansiedad a esta persona: ataques de pánico, nauseas, mareos, aumento de la sudoración, aceleración del ritmo cardiaco llegando a la taquicardia... En caso de la fobia social, los síntomas llegan a ser físicos. A diferencia de una persona tímida, que solo lo pasa mal en momentos concretos, el sufrimiento de un paciente con este trastorno fóbico es constante. Se trata de un miedo irracional y desmesurado, que no responde a ningún argumento lógico, pero que causa más que nerviosismo a la persona que sufre este trastorno fóbico. 

Y la consecuencia de todo ello es muy peligrosa: el aislamiento social. Un paciente con fobia social perderá amistades, sus lazos familiares se debilitarán, perderá oportunidades de trabajo, su salud podría estar en riesgo por su miedo a ir a un hospital... 

¿Tienen solución? 

Sí, tanto la timidez como la fobia social tienen solución. Pero para ello lo primero es ser consciente de que existe un problema que necesita una solución. Hacerse un autodiagnóstico puede ser complicado, ya que ver en uno mismo los síntomas de manera objetiva, sin dejarse influir por el miedo que nos paraliza, es muy difícil. Por eso, es recomendable acudir a un experto que evalúe cada caso.

+ Cómo superar la timidez

La timidez se puede controlar y superar para que no ocasione problemas más graves. Saber gestionarla es importante para que no desemboque en una fobia social. La ayuda de un psicólogo o de un terapeuta resulta muy útil, pero uno mismo le puede hacer frente. 

Para dejar de ser tímida hace falta reconocerse como tal y descubrir las situaciones que acentúan tu timidez. A un enemigo se le hace frente cara a cara, no evitándolo, así que no dudes en buscar esa fuerza interior que todos tenemos para afrontar situaciones difíciles poniendo a prueba tu timidez. No hay que temer al fracaso.

Para vencer la timidez hay que hacer un cambio en la mentalidad y eliminar todos los pensamientos negativos que asaltan la mente al estar cerca de otras personas. Hay que aprender a quererse para no ser un enemigo propio; no hay por qué ser tan duro con uno mismo. 

Cuando lo que provoca la timidez es el miedo a mantener una conversación con otra persona, se puede redactar una lista de temas de los que se podría hablar. También resulta interesante escribir cómo podría llegar a ser la charla para estar preparada. La timidez también desaparece a base de práctica: habitúate a hablar delante de otra gente, acude a encuentros donde puedas aprender a hacer nuevos amigos... Cada día, enfréntate a un pequeño miedo. 

+ La fobia social requiere tratamiento

A diferencia de la timidez, la fobia social sí que necesita un tratamiento, como cualquier otro trastorno fóbico. Acudir a la consulta de un especialista en salud mental evitará sufrimientos y que el problema cada vez vaya a peor.

En primer lugar, este experto intentará realizar un diagnóstico acertado y ajustado a la realidad. Para ello, hará preguntas que deben responderse de una manera muy sincera. Una vez que este conozca bien el caso, podrá establecer su gravedad, sus síntomas y el tratamiento que resulta más efectivo. 

Por lo general, la fobia social se trata mediante la terapia cognitivo conductual. El objetivo de esta es cambiar la forma de pensar de la persona con fobia para reaccione de manera diferente cuando esté ante otras personas. Se busca intercambiar los pensamientos negativos por otros que no provoquen ansiedad. Según el paciente avance, irá aprendiendo distintas habilidades sociales para que no le cueste tanto desenvolverse. En cualquier caso, las técnicas de relajación resultan eficaces para controlar la ansiedad. 

Para apoyar esta terapia, el experto puede recomendar algún tipo de medicación como ansiolíticos o antidepresivos. Siempre deben tomarse bajo prescripción de un especialista. 

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