Gerontofobia o gerascofobia: así es el miedo a envejecer

Cumplir años y hacerse mayor puede convertirse en una fobia problemática

Laura Sánchez, Filóloga
En este artículo
  1. Qué es la gerontofobia
  2. Síntomas de la gerontofobia
  3. Causas de la gerontofobia
  4. Impacto social de la gerontofobia

Puedes encontrarlo bajo el nombre de gerontofobia, gerantofobia o gerascofobia, pero en todos los casos habla del mismo problema: el miedo a envejecer. Obsesionados como estamos por mantenernos siempre jóvenes, las huellas que el paso del tiempo va dejando en nuestro cuerpo pueden crearnos algunas fobias, como esta gerontofobia. Además, no solo afecta a la persona que la sufre, sino que muchas veces deriva en un desprecio y menosprecio de los más mayores. Te contamos todo sobre la gerontofobia en nuestro diccionario de fobias.

Qué es la gerontofobia

La gerontofobia es el miedo a envejecer o a la vejez. Eso incluye también el miedo, el rechazo y el desprecio por la gente mayor, por los ancianos. Son los ancianos los que actúan como una especie de espejo que recuerda a las personas que sufren gerontofobia el proceso natural de la vida.

Y el espejo. Ese espejo que a partir de los 30 te va revelando secretos que no quieres desvelarte ni a ti mismo. Las arrugas, las canas, esas manchas en la piel que hace años no tenías, la falta de tersura, la caída del cabello, la grasa que insiste en acompañarte en tu viaje y se resiste cada vez con más fuerza a abandonarte.

Más adelante, el paso del tiempo se hace cada vez más difícil de disimular. Se pierde la flexibilidad, a veces incluso te falla la memoria, ¡quién te ha visto y quién te ve! El hecho de que ahora seas una persona más sabia y experimentada no le resta temor a lo inevitable: ese caminar hacia el ocaso de la vida.

Síntomas de la gerontofobia

El miedo a envejecer es algo natural. ¡Ojalá fuésemos jóvenes para siempre! También lo es el miedo a morir o el miedo a la muerte, pero cuando ese miedo se manifiesta en forma de síntomas de ansiedad, de pensamientos obsesivos o de la imposibilidad de estar junto a una persona mayor, es entonces cuando podemos hablar de un trastorno fóbico.

Evitar el contacto con los ancianos es solo uno de los males de las personas con gerontofobia, porque no solo tienen problemas con la vejez ajena, también con su madurez irrefrenable. La gerontofobia hace que te niegues a admitir el paso del tiempo, que recurras continuamente a cirugías estéticas, que no quieras madurar tampoco emocionalmente y que, en definitiva, te quedes para siempre en una etapa juvenil que poco tiene que ver con tu realidad. Se trata del complejo de Peter Pan combinado con un trastorno fóbico.

¿Qué es el miedo a envejecer?

Causas de la gerontofobia

El miedo natural a envejecer no se convierte en una fobia salvo cuando llega acompañado de un trastorno de ansiedad. Tampoco se descarta una experiencia traumática relacionada con una persona anciana que se recuerda con una enorme carga emocional para el desarrollo de esta gerontofobia o gerascofobia.

Pero es el contexto social el factor que más influye a la hora de sufrir esta fobia a la vejez. Nuestra sociedad rinde un culto obsesivo a la juventud y cada vez se hace más necesario retrasar el envejecimiento. Como si envejecer fuera algo negativo, como si por borrar las arrugas con un bisturí no fueras a cumplir los mismos años.

Impacto social de la gerontofobia

La mayoría de las fobias afectan principalmente a la persona que las sufre e indirectamente a los que la rodean. Pero en el caso de la gerontofobia se trata de un problema con un gran impacto social que repercute en la visión que tenemos de los ancianos y en cómo nos relacionamos con ellos.

Ocurre lo mismo que con la aporofobia, ese miedo irracional a la pobreza que se convierte en arma de exclusión social y rechazo. No es necesario rendir culto a la vejez (y tampoco a la juventud) pero sí es necesario aceptar ese proceso con respeto y con naturalidad.

Tratamiento de la gerontofobia

Como cualquier fobia, la gerontofobia se puede superar si buscas ayuda psicológica. No conviene tratar las fobias por cuenta propia o de la mano de charlatanes que prometen una vida plena y feliz en dos sesiones.

Y si vas a un profesional, te garantizará mediante la terapia más adecuada no solo superar la gerontofobia, sino nutrirte de los recursos necesarios para que en el futuro no tengas que enfrentarte más trastornos fóbicos.

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