Cómo actuar ante una crisis de ansiedad

Laura Sánchez, Filóloga

Tendemos a pensar que los problemas de ansiedad son inevitables, igual que las crisis de ansiedad. Efectivamente, una crisis de ansiedad puede surgir en cualquier momento y puede estar motivada por una situación concreta o no, lo que le da un carácter un tanto incontrolable.

Pero la situación no es tan mala como parece. Poco a poco iremos aprendiendo a manejar la ansiedad hasta que las crisis de ansiedad sean un recuerdo del pasado. Hasta entonces, también tenemos unas pautas de actuación ante una crisis de ansiedad, para que no sea tan larga ni tan angustiosa.

Los primeros pasos de la crisis de ansiedad

La crisis de ansiedad viene anunciada en forma de algunos síntomas como pueden ser sudoración, taquicardia, dificultad para respirar o mareos, entre otros. En cuanto notemos esos primeros síntomas, debemos atacarlos. ¿Cómo?. Haciéndoles saber que tenemos controlada la situación, que sabemos lo que nos está pasando y que sabemos que va a ser solo un momento.

Reconocer en voz alta que estamos atravesando una crisis de ansiedad, que reconocemos los síntomas y que sabemos que no nos va a pasar nada malo, es un buen medio para evitar esa sensación de irrealidad y descontrol que suele acompañar a las crisis de ansiedad.

El remedio infalible de la bolsa de plástico

Lógicamente, cuando una crisis de ansiedad está en marcha, no vamos a pararla simplemente diciéndole que no la tenemos miedo. La crisis sigue adelante, pero nostras podemos reducir su intensidad. La clásica bolsa de plástico no es un remedio de la abuela sin fundamento, sino que sigue siendo el método más eficaz para poner fin a una crisis de ansiedad.

Podemos tranquilizarnos un tanto simplemente respirando en una bolsa de plástico, asegurándonos que nariz y boca y estén dentro de la bolsa, inspirando a fondo por la nariz y expirando lentamente por la boca. El objetivo de respirar en la bolsa de plástico es evitar la hiperventilación y, por lo tanto, esa sensación de desdoblamiento entre cuerpo y mente, de irrealidad.

Qué hacer cuando la crisis de ansiedad acaba

Una vez que la crisis de ansiedad ha remitido, lo mejor es tomarnos una infusión relajante que nos ayude a mantener la calma. Es el momento de pararse a reflexionar y anotar la situación que inició la crisis. Si fue algo concreto o fue por la acumulación de nervios. Cualquier sensación que hayamos tenido en los momentos previos servirá para descubrir las causas de nuestro problema y diagnosticar el tipo de ansiedad.

Luego, solo nos queda ponernos en manos de profesionales, preferente un psicólogo, que nos ayude a identificar las situaciones estresantes que nos conducen a los ataques de ansiedad, para poder afrontarlas y evitar un nuevo episodio.

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