¿Estoy tomando la decisión adecuada?

Cómo tomar decisiones que te lleven por buen camino

Laura Sánchez, Filóloga
En este artículo
  1. Dudar si estás tomando la decisión adecuada

Tomamos decisiones continuamente, aunque no nos demos cuenta. También es cierto que hay personas que prefieren vivir con el piloto automático y dejarse llevar, pero eso, al fin y al cabo, también es una decisión. La pregunta más habitual es: ¿estoy tomando la decisión adecuada? Porque es cierto que cuando eliges algo, descartas otras cosas. ¿Y si me estoy equivocando? Te sacamos de dudas y te ayudamos a decidir.

Dudar si estás tomando la decisión adecuada

Para empezar, deberías probar a pensar de otra manera. No hay decisiones correctas y decisiones equivocadas porque en el momento en que tomas una decisión estás haciendo lo correcto. Ahora bien, puede que esa decisión con el tiempo te parezca un error o que esa decisión te haya acarreado consecuencias negativas. Eso no lo convierte en una decisión equivocada, sobre todo, si extraes el aprendizaje implícito en toda circunstancia negativa.

Pero no nos pongamos filosóficos y vamos a la práctica. Volver a estudiar, comprar esa casa, dejar a tu pareja, dar el paso del matrimonio, cambiar de trabajo, vivir en otra ciudad...¿cómo tomar esas decisiones importantes que pueden determinar el rumbo de tu vida?

1 Déjate llevar por la intuición

A veces nos complicamos la vida nosotras mismas por la cantidad de elementos externos que valoramos a la hora de tomar decisiones. El aspecto material, la opinión de los demás, las convenciones sociales o la necesidad de no defraudar las expectativas ajenas nos hacen ir por caminos que realmente no deseamos.

Pero en realidad, la mayoría de las decisiones podrían tomarse más fácilmente mirando en nuestro interior. Eso que llaman intuición y que muchas veces la adormecemos a golpe de razón es una herramienta más poderosa de lo que imaginamos para tomar la decisión correcta.

2 Cara y cruz

También tendemos a polarizar en las decisiones y reducir las alternativas a dos opciones: la decisión correcta y la decisión equivocada. Estamos tan acostumbradas a ver todo en blanco y negro, en positivo y negativo, que nos olvidamos de toda la gama de colores que hay en el camino.

Puede que hay más que cara y cruz, puede que haya más de dos opciones. Dedica un tiempo a reflexionar sobre la decisión que vas a tomar y verás la cantidad de alternativas que se abren a ti. Elegir, vas a tener que elegir una, pero esa opción te llevará a muchas otras opciones más.

3 No busques la decisión perfecta

No hay que obsesionarse con tomar la decisión perfecta, porque no existe. Igual que nos somos perfectos y lo que de verdad importa es que seamos valientes, con las decisiones ocurre lo mismo. Toma una decisión valiente y, aunque te traiga consecuencias negativas, será la decisión correcta.

Porque lo que cuenta es tomarla. Solo en contadas ocasiones no tomar una decisión es la mejor decisión. Por lo general, mantenerse inactivo, no tomar partido y dejar que sea la vida la que decida por ti resulta una mala inversión. Actívate, muévete, cambia, decide, eso siempre.

4 Preguntas para tomar decisiones

Las dudas son lógicas y la mayoría no se van a resolver hasta que tomes la decisión. Pero hay algunas preguntas que pueden ayudarte a decir. Piensa en minutos, días, meses y años. ¿Cómo te sentirás 10 minutos después de tomar esa decisión? Pero no te quedes ahí y sigue preguntándote.

¿Cómo te afectará esta decisión dentro de 10 días?, ¿y dentro de 10 meses? Puedes ir más allá, ¿qué importancia tendrá para ti esta decisión dentro de 10 años? Ampliar el espectro temporal te ayudará a relativizar en la toma de decisiones.

Y tú, ¿cómo sabes si es la decisión adecuada?

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