Insomnio y nerviosismo: cuando los nervios no te dejan dormir

Cómo combatir los trastornos del sueño

Laura Sánchez, Filóloga

Un problema de insomnio no aparece de la noche a la mañana. Lo que sí aparece de esa manera es una noche en blanco, sin pegar ojo. ¿El motivo? Los nervios. En la mayoría de las ocasiones la causa de que no podamos dormir es el nerviosismo que nos produce un acontecimiento que tendrá lugar al día siguiente. El remedio, lógicamente, es dejar los nervios fuera del dormitorio. Pero no es tarea fácil.

Los nervios que no te dejan dormir

El nerviosismo, las preocupaciones y la ansiedad están muy relacionados con los trastornos del sueño. Cuando nos encontramos ante un problema de insomnio cuya causa es la ansiedad, es evidente que no vamos a poder volver a dormir bien hasta que no aprendamos a manejar la ansiedad. Pero hay otro tipo de nervios que nos impiden dormir y que nada tienen que ver con un trastorno de ansiedad.

Son los nervios concretos por algo que ha sucedido y, más frecuentemente, por algo que va a suceder. Si mañana tenemos un examen, una entrevista de trabajo, esperamos una visita importante, tenemos que mudarnos, emprendemos un viaje, tenemos una cita, es el día de nuestra boda, nos toca una revisión médica... motivos muy variados, que pueden ser tanto positivos, como negativos, pero que no nos dejan dormir.

Y sabemos bien que debemos afrontar el día siguiente con toda la energía posible, con el mejor ánimo y con la mejor de nuestras sonrisas. Sabemos bien, que esta noche deberíamos dormir bien para poder descansar. Es esa presión de tener que responder al 100 % al día siguiente lo que hace que nos pongamos más nerviosas. "No voy a poder dormir". Y seguro que no dormimos.

Dormir sin nervios

El remedio para dormir bien en este caso de nerviosismo sería acostarnos sin nervios. Pero ¿podemos evitar llevarnos los nervios del día siguiente a la cama?. Los especialistas del sueño aseguran que se puede hacer, aunque a los simples mortales nos parece una misión imposible. Si bien, nada perdemos por intentarlo y tal vez ganemos unas horas de descanso.

Para dejar los nervios fuera del dormitorio es necesario ir reduciendo la actividad según vaya avanzando el día. Si al día siguiente tenemos algo importante, lo mejor es centrarnos en actividades relajantes como leer, hacer yoga, ejercicios de respiración, bajar la intensidad de la luz, rodearnos de un aroma suave como la lavanda y, si tenemos oportunidad, tener una charla agradable que nos haga olvidar los nervios que tenemos.

Hasta aquí no resulta demasiado difícil, especialmente si nos hemos familiarizado con una buena higiene del sueño. Lo complicado es meterse en la cama, cerrar los ojos y que no nos coman los nervios pensando en el día siguiente. Un truco que requiere práctica, pero que funciona es cambiar de canal. Imaginamos que tenemos un mando a distancia en la mano. Cuando nuestra mente empiece a pensar en el examen de mañana, el médico, la cita o la entrevista, rápidamente cambiamos de canal hasta encontrar en nuestra cabeza un canal más agradable, como nuestras últimas vacaciones, la merienda en la tetería o la clase de inglés.

 

En cualquier caso, si todavía tienes alguna duda sobre cómo combatir el insomnio, no te pierdas en este vídeo los consejos de Héctor Galván. El director clínico del Instituto Psicología Madrid nos contó todo lo que debemos saber sobre un trastorno del sueño de lo más perjudicial.

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