Acrofobia: Tengo miedo a las alturas, ¿cómo lo supero?

El miedo a las alturas puede volverse patológico si no se trata correctamente

Tamara Sánchez, Periodista
En este artículo
  1. Qué es la acrofobia
  2. Acrofobia y vértigo no es lo mismo
  3. ¿Cuáles son los síntomas del miedo a las alturas?
  4. ¿Cómo puedo superar mi fobia a las alturas?

Acrofobia: Tengo miedo a las alturas, ¿cómo lo supero?

El miedo es un sentimiento totalmente irracional. Se puede tener miedo a una infinidad de cosas: a las arañas, a hablar en público, a los espacios cerrados, a los agujeros e incluso al amor. Las fobias producen una sensación incontrolable que puede llegar a convertirse en algo patológico si no se trata a tiempo. Entre los millones de fobias que existen, una de las más comunes es el miedo a las alturas o tal y como se le define técnicamente: la acrofobia.

¿Te sientes incapaz de subir a la cima de una montaña y mirar el paisaje desde arriba? ¿Te aterra pensar en unas escaleras? ¿Nunca te subes a las montañas rusas del parque de atracciones porque te horroriza la sensación de encontrarte a tanta altura? Si te sientes identificado/a con estas sensaciones significa que sufres acrofobia y en este artículo te vamos a explicar en qué consiste, cuáles son sus síntomas y qué puedes hacer para afrontarla y superarla.

Qué es la acrofobia

La acrofobia es el miedo intenso a las alturas. Este tipo de patología tiene diferentes grados, pero en su nivel más extremo, puede llegar a inhabilitar a quien la padece empeorando, como consecuencia, su calidad de vida. Se trata de un miedo irracional puesto que no se produce como acto reflejo ante un peligro que verdaderamente suponga una amenaza.

Por suerte, en las ciudades no suele haber muchos lugares en los que las personas que padecen acrofobia estén expuestas a grandes alturas como sí ocurre en los entornos montañosos. No obstante, este miedo también puede producirse en sitios más cotidianos como unas escaleras empinadas o de mano, puentes, azoteas, balcones, ascensores con paredes transparentes o suelos de cristal.

De hecho, en la mayor parte de las ocasiones, ni siquiera es necesario encontrarse próximo a una zona elevada para que se desaten los síntomas de la acrofobia. Basta con imaginarse en un lugar en el que haya un precipicio cerca para que comience a surgir una sensación de malestar agudo.

La acrofobia es un tipo de miedo que afecta a muchas personas en el mundo. Se considera que entre un 2 y un 5% de la población lo sufre y, dentro de este porcentaje, es muchísimo más habitual en mujeres que en hombres.

Acrofobia y vértigo no es lo mismo

En primer lugar, tenemos que aclarar qué es una fobia ya que se trata de un término que habitualmente se emplea de manera incorrecta en el lenguaje cotidiano. Una fobia es una reacción de pánico que tiene lugar cuando una persona se ve expuesta a una amenaza la cual es producto solo y únicamente de su miedo. Estas respuestas se producen siempre ante unos estímulos concretos (coches, agujeros, insectos…) y son desproporcionadas y exageradas.

Es decir, si de repente un día nos persigue un león y sentimos un miedo descomunal, no podemos considerar que padezcamos una fobia. Esta sería una reacción totalmente normal que surgiría como respuesta adaptaviva para sobrevivir. Sin embargo, si nos entra ansiedad cada vez que nos asomamos a un balcón, entonces sí podríamos emplear este término. Las fobias son reacciones injustificadas y pueden llegar a suponer una verdadera pesadilla para quienes la padecen.

Una vez aclarada la definición de fobia, ya estamos listos para aprender a diferenciar entre la acrofobia y el vértigo, dos vocablos que, erróneamente, también suelen emplearse indistintamente como sinónimos el uno del otro.

El vértigo, por su parte, se trata de una ilusión que nos hace percibir como las cosas que hay a nuestro alrededor (incluyendo el suelo) giran o se agitan haciendo que perdamos el equilibrio. Cuando esta sensación sucede cerca de un precipicio o zona elevada se le conoce como vértigo de la altura.

Lo cierto es que la acrofobia y el vértigo de la altura guardan relación, pero técnicamente no son lo mismo. En todo caso, el segundo podría considerarse uno de los síntomas del miedo a las alturas.

¿Cuáles son los síntomas del miedo a las alturas?

Hay distintos estímulos que desatan un intenso temor en los acrofóbicos. Algunas personas sienten un profundo malestar pensando en la azotea de un rascacielos mientras que otras sufren ansiedad al practicar deportes de riesgo que impliquen elevarse a una gran distancia del suelo. Dentro de los diferentes grados de acrofobia que existen, los síntomas psicológicos y fisiológicos más habituales son los siguientes:

1 Tensión muscular y temblores

El miedo intenso a las alturas se expresa a través de un estado de tensión muscular que provoca la agitación de todo el cuerpo a través de temblores. ¿Por qué sucede esto? La razón es que, en un momento así, el sistema nervioso simpático se encuentra muy acelerado y hace que las fibras musculares reciban más estímulos de activación para que estén listas para reaccionar con rapidez.

2 Ansiedad

Las personas que sufren acrofobia únicamente pueden pensar en todas las clases de desgracias y accidentes posibles que pueden ocurrirles al encontrarse frente a un principio o altura. La ansiedad surge como respuesta fisiológica y cognitiva al centrar su foco de atención en los posibles peligros. La ansiedad desemboca además en malestar e impide pensar de forma racional tal y como sí se haría en otros contextos.

3 Pánico, llanto y gritos

La sensación de miedo a las alturas puede llegar a ser tan extrema y surgir de manera tan abrupta que puede terminar desembocando en un ataque de pánico. Esto es debido a la mezcla de sensaciones que se producen en la mente: las personas acrofóbicas solo pueden pensar en el dolor e incluso en la muerte al encontrarse ante una altura.

4 Taquicardia y sudores

El pulso sanguíneo se acelera y, como consecuencia, hace que aparezca una horrible sensación de falta de aire.

5 Pérdida de control

Las personas con miedo a las alturas, cuando sufren un brote, son incapaces de gestionar bien el manejo de la atención así como el establecimiento de planes y secuencias de acciones firmes.

6 Dolor de cabeza

Después de haber experimentado todos los síntomas anteriores, es muy habitual que aparezca dolor de cabeza provocado por los cambios en la presión sanguínea y por la sobreactivación del sistema nervioso central.

¿Cómo puedo superar mi fobia a las alturas?

Existen miles de maneras de lograr mantener la calma cuando el miedo a las alturas nos supera. Sin embargo, una vez que esta fobia se convierte en algo patológico que perjudica seriamente la calidad de vida, lo mejor es acudir a un profesional que nos recomiende el tratamiento adecuado para cada caso. Existen instrumentos de evaluación psicológica que permiten averiguar si nos estamos enfrentando ante un miedo desmedido o no.

Dentro de todas las terapias que permiten tratar este tipo de fobias una de las más efectivas es la terapia cognitivo conductual. Esta terapia ha demostrado ser de gran ayuda para las personas acrofóbicas y a continuación os vamos a hablar de ella. ¿En qué consiste? Muy atenta.

+ Terapia cognitivo conductual, ¿en qué consiste?

Esta terapia es la más empleada para tratar las fobias y se basa en técnicas de exposición. Es decir, a través de ella se aplican métodos que aproximan a los acrofóbicos progresivamente al objeto de sus miedos. De esta forma, van adquiriendo poco a poco seguridad y se disminuyen las reacciones de ansiedad.

Para realizar este tipo de terapia puedes acudir a un profesional que te vaya dirigiendo y dando las pautas adecuadas o someterte tú mismo a técnicas de auto-exposición en las que vayas tomando un contacto más directo con tus miedos. Esta exposición puede ser simbólica (utilizando el recurso de la realidad virtual) o en vivo (acudiendo físicamente a lugares elevados) y también se puede llevar a cabo en grupo.

Lo ideal es que vayas estableciendo objetivos simples y a corto plazo. Una vez que hayas superado un objetivo (como por ejemplo permanecer cerca de un precipicio durante 30 segundos) debes pasar a una fase más complicada. De esta forma, irás pasando poco a poco por una serie de pruebas ordenadas jerárquicamente según su nivel de dificultad hasta que consigas superar, en mayor o en menor medida, tu fobia.

Los síntomas no siempre desaparecen por completo, pero lo más probable es que la intervención psicológica aumente considerablemente el bienestar de las personas acrofóbicas.  

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