Tips para tener un autodiálogo positivo: la importancia de hablarse bien

¿Sabías que eres la persona con la que más hablarás en tu vida? En esto consiste el diálogo interno o autodiálogo, el cómo nos hablamos a nosotros mismos, muchas veces de forma inconsciente. Y es que, nosotros mismos podemos llegar a ser nuestro peor enemigo o nuestro mejor aliado en función de la relación que tenemos a nivel interno. En este sentido, es determinante el autodiálogo que existe y que nos acompaña.

Nunca podemos desprendernos de nosotros, y eso hace apremiante el poder trabajar nuestra relación interna para poder tener una mejor calidad de vida, con un enfoque más positivo y optimista. Además, el diálogo interno está muy relacionado con la autoestima, por eso es importante hablarse bien. Pero, ¿cómo hacerlo? En Diario Femenino te damos algunos tips para tener un autodiálogo positivo, ¡no pierdas detalle!

Cómo tener un autodiálogo positivo: el primer paso

Para poder tener un autodiálogo positivo, lo primero que debemos hacer es ser conscientes del tipo de diálogo que hay en nuestro interior. Y para esto es necesario detenernos y pensar en la manera en la que nos hablamos a nosotros mismos, cómo nos decimos las cosas y los tipos de creencias y prejuicios que tenemos.

Es necesario hacernos conscientes de todos los pensamientos que tenemos, pues muchas veces no nos damos cuenta de ellos y subestimamos el impacto que tienen en nuestra vida, en nuestras emociones y en nuestra conducta.

Así, ser conscientes de nuestro autodiálogo es el primer paso, fundamental, para poder cambiarlo a mejor. Por ello te animamos a ser lo más honesto posible contigo mismo en relación a cómo te hablas cada día, a qué dice esa vocecita interna que guía tus acciones. Pon luz al asunto y obsérvala sin juzgarla.

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Claves para potenciar un autodiálogo positivo

Por otro lado, y una vez seas consciente de tu autodiálogo, algunas estrategias que pueden ayudarte a que éste sea más positivo, realista y compasivo contigo mismo, son:

+ Identificar cuáles son tus pensamientos negativos y cómo te influyen.

+ Tomar consciencia del tipo de sesgos cognitivos que tienes.

+ Racionalizar si estos sesgos o pensamientos negativos se corresponden con la realidad.

+ Practicar la autocompasión; y esto no significa sentir lástima por nosotros o victimizarnos, sino ser capaces de observar nuestro dolor, de darle su espacio y de tener compasión hacia nosotros cuando nos equivocamos, comprendiendo que estamos en un constante proceso de aprendizaje.

+ Reflexionar sobre las consecuencias de hablarte de forma negativa.

+ Practicar en voz alta el decirte cosas positivas (aunque al principio te suenen raras o forzadas; se trata de ir habituando a nuestro cerebro para que, poco a poco, nuestra forma de hablarnos sea más amable).

Y sobre todo, recuerda que si sientes que nada de esto te ayuda, puedes acudir a un profesional de la psicología para que te oriente en cuanto a tomar consciencia y hacer los cambios necesarios para mejorar tu autodiálogo interno.

El gran impacto del autodiálogo

Ten en cuenta que prestar atención a cómo nos hablamos a nosotros mismos es muy importante, porque de este autodiálogo depende en gran medida cómo vemos el mundo, cómo nos autopercibimos y cómo actuamos.

Quizás has escuchado alguna vez acerca de los estudios que se han realizado con plantas y el cómo el hablarles puede llegar a ayudarlas a crecer o dificultar su desarrollo en función de los mensajes que se les da. Pues ahora imagínate, si ese es el efecto de las palabras en las plantas, qué importante es hablarnos a nosotros mismos de manera positiva. También somos naturaleza.

Y recuerda que ser positivos y hablarnos de esta forma no conlleva negar las emociones o pensamientos que generan malestar, o cerrarnos a experimentar situaciones que generen incomodidad. Más bien, se trata de encontrar lo positivo en lo que experimentamos, de abrazar todas las emociones y de entender que aún en las situaciones adversas tenemos capacidades para afrontar lo que nos sucede.

Y por ello debemos hablarnos de forma compasiva y amable, con amor, tal y cómo le hablaríamos a alguien a quien queremos mucho. No hace falta que nos demos tanta "caña" cuando nos equivocamos o cuando no nos gusta algo de nosotros mismos, ¿no crees? 

Y tú ¿cómo te hablas a ti mismo? ¿Practicas un diálogo interno positivo?

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