El miedo al ombligo existe: así es la omfalofobia

El curioso problema de tener un miedo irracional al ombligo

Laura Sánchez, Filóloga
En este artículo
  1. Qué es la omfalofobia
  2. Síntomas de la omfalofobia
  3. Causas y consecuencias de la omfalofobia
  4. Tratamiento de la omfalofobia

Que una fobia no sea frecuente o que no hayas oído hablar de ella no significa que no exista y que no entrañe cierto peligro. Es el caso de la omfalofobia o el miedo al ombligo, un trastorno que resulta muy limitante y problemático, y que hay que tratar cuanto antes. Te contamos todo lo que debes saber sobre la omfalofobia en nuestro diccionario de fobias.

Qué es la omfalofobia

La omfalofobia es el miedo al ombligo. Un miedo irracional y desmedido, como ocurre con todas las fobias, en el que se considera el ombligo como algo peligroso. ¿Qué peligro puede entrañar un ombligo? Lo cierto es que ninguno, pero la lógica no entra en juego cuando hablamos de trastornos fóbicos.

No nos resultan desconocidas las fobias a algunas partes del cuerpo. Ya hemos visto cómo algunas personas sufren quirofobia o miedo a las manos o la más frecuente podofobia o miedo a los pies, donde el miedo se mezcla con cierta repulsión hacia esa parte concreta del cuerpo humano. Y lo mismo ocurre con la omfalofobia.

Síntomas de la omfalofobia

Esta fobia a los ombligos presenta los mismos síntomas que la ansiedad. Cuando tienes delante tu propio ombligo o el de otra persona, empiezas a notar una sensación de que algo va mal. Es cuando se dispara la ansiedad frente al supuesto peligro y entonces los mareos, las palpitaciones, el hormigueo, taquicardia y la dificultad para respirar aparecen hasta que pueden convertirse en un ataque de pánico.

Todo esto por un estímulo tan aparentemente inofensivo como un ombligo. Pero además de los síntomas físicos, la omfalofobia tiene también una serie de síntomas psíquicos, los habituales en este tipo de fobias. Entre ellos se encuentran los pensamientos distorsionados, la angustia y una bajada de autoestima al ser consciente de que el temor hacia el ombligo es irracional.

Causas y consecuencias de la omfalofobia

Puedes intuir las consecuencias de esta fobia si consigues imaginar cómo es la vida de una persona que sufre omfalofobia. Desde las dificultades a la hora de la higiene diaria que se solventan con no mirar al propio ombligo, hasta la imposibilidad de ir a un espacio como la playa en el que las personas exhiben los ombligos sin complejos y sin saber que hay una persona temerosa de esta parte específica del cuerpo.

Pero ¿qué puede originar una fobia tan curiosa como la de los ombligos? Se nos hace difícil establecer la causa de la omfalofobia en una experiencia traumática tal y como ocurre con la mayoría de las fobias. Por ello lo más probable es que su desarrollo esté ligado a un trastorno de ansiedad que promueve los pensamientos distorsionados.

Tratamiento de la omfalofobia

La conducta de evitación que ocasionan las fobias es precisamente lo que impone las limitaciones en la vida de las personas que las sufren. Y aunque parezca que puede resultar relativamente fácil evitar los ombligos sin graves consecuencias, no es así. Incluso si así fuera, una fobia por sí misma es señal de que algo va mal y hay que buscar ayuda lo antes posible.

La psicoterapia se hace necesaria para superar la omfalofobia y lo más efectivo es la terapia cognitivo conductual, un tratamiento que llega hasta el origen de los pensamientos irracionales que considera el ombligo como un peligro y que trabaja también la conducta de evitación. Eliminado el miedo, se elimina también la necesidad de escapar.

Siempre que hablamos de fobias hay que tener muy en cuenta la presencia de la ansiedad, por lo que cualquier terapia para superar la fobia deberá ir acompañada de la práctica de técnicas de relajación para sobrellevar mejor el día a día.

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