Entomofobia, el miedo a los insectos
El miedo a los bichos puede llegar a convertirse en fobia
- La entomofobia es una miedo frecuente
- Síntomas del miedo a los insectos
- ¿Por qué se desarrolla esta fobia?
- Superar la entomofobia
Los desajustes psicológicos están a la orden del día. Con el estrés en el que vivimos y nuestro equilibrio emocional pendiente de un hilo, es normal que surjan fobias a las más variadas situaciones. Y es que el mundo de los temores irracionales es inmenso y a veces nos sorprendemos de algunas fobias raras que ni siquiera imaginamos. Pero hay otras fobias que son más conocidas y, en ocasiones, hasta cierto punto comprensibles, como el caso de la entomofobia o el miedo a los insectos.
La entomofobia es una miedo frecuente
Resulta bastante normal el rechazo que sienten la mayoría de las personas hacia los insectos, porque se trata de animales generalmente pequeños que saltan, vuelan o corren rápidamente apareciendo de repente en el lugar más insospechado. El hecho de que nos resulten tan impredecibles y de que los relacionemos inmediatamente con lo sucio no ayuda a la imagen que nos formamos de ellos. Además, su aspecto no es precisamente agradable.
Al menos, así lo vemos desde esta parte del mundo, porque el rechazo que sentimos hacia los insectos no deja de estar sujeto a un factor cultural. En aquellas culturas donde los insectos son comestibles, suponemos que no tendrán tantos reparos en encontrarse con uno de ellos.
Pero si bien el rechazo, la repulsión y la suspicacia hacia los insectos es comprensible, no lo es tanto ese terror que sienten algunas personas, que llega a condicionarles su vida. Es precisamente esta línea la que separa un simple miedo de la verdadera fobia. Cuando se tiene respeto o miedo a los bichos se puede convivir con ellos en un espacio seguro. Sin embargo, una persona que sufre de entomofobia siente una gran ansiedad ante la presencia o la simple imaginación de un insecto.
Y es que cuando el pánico se apodera de ellos ante la visión de un insecto, cuando cancelan unas vacaciones por temor a encontrarse con ellos o cuando cambian de vivienda por miedo, estamos hablando ya de un problema psicológico grave.
Síntomas del miedo a los insectos
La entomofobia se puede desarrollar en cualquiera de sus variantes. En algunos casos se tiene miedo a los insectos en general, pero en otros se trata de un terror un poco más específico, es decir, se limita a ciertos tipos de bichos. Es el caso, por ejemplo, de la apifobia que se relaciona con el miedo a las abejas. La aracnofobia, otra de las fobias más comunes, se produce cuando se tiene un miedo incontrolable a las arañas. Por otro lado, existe la motefobia, que es el miedo a las polillas, y la blatofobia, que es el terror a las cucarachas.
En cualquier caso, todas estas fobias presentan una serie de síntomas similares que se producen ante la presencia o imaginación del insecto. Estos son los más frecuentes.
+ Gran sensación de ansiedad y nerviosismo.
+ Pensamientos distorsionados.
+ Aumento de la sudoración.
+ Ataques de pánico.
+ Enrojecimiento de la piel.
+ Respiración acelerada y aumento del ritmo cardiaco.
+ Temblores y escalofríos.
+ Nauseas y mareos.
Como explicábamos antes, en los casos más graves el afectado trata de evitar el estímulo al que teme para no sufrir. En un intento de no tener que enfrentarse a ningún tipo de insecto, se queda en casa. El aislamiento social es peligroso, ya que puede derivar en otro tipo de problemas. Las relaciones sociales se ven muy afectadas, se pierden amistades, se ocasionan problemas en el trabajo... Cuanto antes se empiece a tratar de la manera adecuada, antes se aprenderá a controlar los síntomas.
¿Por qué se desarrolla esta fobia?
Los expertos están muy interesados en conocer la verdadera causa que motiva las fobias, pero los estudios concluyen que no existe una única motivación. Comprender los secretos de la mente es complicado y más cuando se padece algún tipo de trastorno fóbico, ya que este no atiende a la lógica.
Las personas que sufren entomofobia desarrollan un miedo irracional hacia los bichos. Son conscientes de que una mosca no les puede infligir un daño grave, ni siquiera una abeja que en situaciones normales solo causaría una picadura. Sin embargo, aunque no sean capaces de sustentar su miedo en argumentos lógicos, no pueden evitar temer a los bichos.
Detrás de la entomofobia puede haber una experiencia traumática que ha involucrado a los bichos. Es posible que una picadura muy dolorosa o un susto durante la infancia acabe provocando un trauma que desemboca en una fobia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las fobias también se aprenden por observación, por lo que si el sufrimiento lo ha experimentado un ser querido, se puede llegar a interiorizar como propio.
Sin embargo, hay estudios que señalan que una fobia como esta también podría tener un componente genético. En ese caso, un hijo con padres que temen a los insectos es más proclive a desarrollar una fobia con estas características. Sin embargo, no se puede obviar que existe un factor cultural que nos hace percibir a los insectos como criaturas desagradables, como antes apuntábamos.
Superar la entomofobia
Cabe señalar que la entomofobia, como la mayoría de las fobias, requiere un tratamiento psicológico, y que son pocas las personas que pueden superar este temor por sí mismas. Pero tú misma puedes determinar si ese miedo que sientes cuando ves cerca de ti un insecto es algo normal o afecta a tu vida cotidiana.
Si crees que podrías sufrir de este tipo de miedo irracional debes acudir a un especialista en salud mental para que evalúe tu caso. Este, que puede ser un psicólogo, un psiquiatra u otro tipo de experto, te realizará algunas preguntas con el fin de trazar un diagnóstico fiable y ajustado a la realidad. A partir de ahí, te recomendará un tratamiento para que dejes de sufrir tanto cuando estés ante los insectos.
Es habitual que se proponga una terapia cognitivo conductual para acabar con esta fobia. En esta se unen las influencias de variass corrientes para lograr superar esta o cualquier otro tipo de miedo irracional. El objetivo es que el paciente deje de desarrollar pensamientos negativos ante el estímulo que le causa la fobia, es decir, ante los bichos. Se busca cambiar pensamientos como "me va a picar" o "me va a contagiar una enfermedad" por "cada uno por su lado".
Una de las estrategias más utilizadas son las técnicas de exposición gradual. Esta intenta acercar de manera controlada y bajo la supervisión de un experto a aquello que le da miedo al paciente. Se trata de una técnica dura pero que puede resultar muy efectiva. Se puede empezar, por ejemplo, utilizando imágenes de bichos o proponiendo que se imaginen distintas escenas con estas criaturas. Poco a poco, el paciente conseguirá enfrentarse en persona a los insectos.
Por otro lado, en el caso de algunas fobias los grupos de apoyo también suelen resultar muy útiles para superarlas. Aprender ciertas técnicas de relajación resulta imprescindible para, de esta manera, saber controlar mejor la ansiedad en los ataques de pánico. Existen algunos ejercicios simples y técnicas de relax progresiva que ayudan a gestionar los nervios en situaciones estresantes.
Es verdad que el miedo a los insectos es habitual, en sus distintos niveles. Sin embargo, existen otros muchos tipos de fobias que resultan muy curiosas, aunque causan el mismo sufrimiento a las personas que las padecen. En nuestro diccionario de las fobias hemos recogido algunas de las más comunes. Si crees que padeces alguna de ella, nos lo puedes contar en los comentarios un poco más abajo.
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