Pedir ayuda es sinónimo de fortaleza, no de debilidad

Nos cuesta pedir ayuda tanto o más como pedir perdón

Laura Sánchez, Filóloga
En este artículo
  1. En qué momento necesitamos ayuda
  2. Por qué no pedimos ayuda
  3. Por qué pedir ayuda te hace más fuerte

¿Cuántas veces te has visto metida en una situación de la no sabes cómo salir? Seguramente muchas. ¿Cuántas veces has pedido ayuda para salir de esa complicada situación? Seguramente no tantas. Nos cuesta pedir ayuda tanto o más como nos cuesta pedir perdón o incluso reconocer nuestros errores. Creemos que pedir ayuda nos hace débiles. Creemos que no pedir ayuda es propio de las personas fuertes. Y sin embargo, es todo lo contrario. Pedir ayuda es sinónimo de fortaleza, no de debilidad. ¿Necesitas ayuda?

En qué momento necesitamos ayuda

Nos pasa en todos los ámbitos de la vida: "ya puedo yo sola". Lo decimos continuamente en el trabajo, en casa con la familia, con la pareja y hasta con nosotras mismas. Pero no siempre podemos hacerlo solas, no siempre podemos superar una ruptura solas, no siempre podemos terminar el trabajo solas, no siempre tenemos tiempo para ocuparnos solas de todas las responsabilidades diarias. Y, sobre todo, no siempre podemos superar un trastorno emocional solas.

Cuando estás decaída seguro que tienes tus propios trucos para animarte. Pero, ¿qué pasa cuando te quedas sin ilusiones, cuando te bloqueas, cuando te paralizas, cuando solo quieres meterte en la cama y que pase un día más? Es el momento de pedir ayuda porque si no lo haces, mañana no va a ser mejor, mañana va a ser igual que hoy y la depresión está acechando para envolverte en ella. ¿Cómo vas a ganar esa batalla tú sola? Piénsalo dos veces, porque tú eres más valiente que todo eso.

Por qué no pedimos ayuda

Todas sabemos cuándo ha llegado el momento de pedir ayuda y, sin embargo, posponemos esa petición como esas personas que creen que tienen una enfermedad grave y no se atreven a ir al médico para no enfrentarse a la realidad. No pedimos ayuda por muchos motivos que pertenecen a unas creencias equivocadas sobre nuestras fortalezas y nuestras debilidades.

+ No pedimos ayuda porque nos hace parecer poco capaces.

+ No pedimos ayuda porque nos hace parecer débiles.

+ No pedimos ayuda por miedo a recibir un 'no' por respuesta.

+ No pedimos ayuda porque aún no hemos reconocido que tenemos un problema.

Por qué pedir ayuda te hace más fuerte

Es hora de olvidarte de esas creencias, como esa del amor romántico de cuentos y princesas que tanto daño nos ha hecho en nuestra vida sentimental y empezar a considerar nuestra vida emocional desde una perspectiva más realista. Pedir ayuda es de valientes.

+ Porque se necesita mucha fuerza y mucha valentía para reconocer que tenemos un problema.

+ Porque conocerse a una misma y saber dónde están nuestros límites es de valientes.

+ Porque acudir a otra persona es un acto de fortaleza y de honestidad, además de mejorar nuestras relaciones sociales y reforzar los lazos de solidaridad y confianza.

+ Porque buscar un profesional que pueda ayudarnos ya es tomar las riendas y poner los medios que necesitamos para solucionar el problema.

Pedir ayuda no refleja tu debilidad, sino tu fortaleza, tu capacidad para analizar tu momento vital y tu valentía al reconocer tus límites. No dejes que pase el tiempo y pide ayuda ¡ya!

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