Diferencias (y similitudes) entre celos y envidia: las peores emociones

Tips para distinguir las dos emociones más destructivas que puedes sentir

Laura Sánchez, Filóloga
En este artículo
  1. En qué se diferencian los celos y la envidia
  2. Qué tienen en común los celos y la envidia

Hay veces que sentimos malestar por algunas emociones negativas que no podemos evitar en nuestra vida, pero muchas veces confundimos unas con otras. Es el caso de los celos y la envidia, dos emociones distintas pero que comparten varios rasgos comunes que, hasta ahora, seguro que desconocías. Ambas son bastante negativas, poco constructivas y, a veces, directamente destructivas ya que obstaculizan nuestra calma o el bienestar tan ansiado. ¿Sabes cuáles son las diferencias y similitudes entre celos y envidia? Te contamos todo sobre las peores emociones que puedes sentir. 

En qué se diferencian los celos y la envidia

Ese malestar que sientes cuando ves a tu amigo paseando por el parque feliz porque ha adoptado un perro no son celos, es envidia. El pinchazo que te da por dentro cuando ves las fotos de las vacaciones de tu amiga en las redes sociales no son celos, es envidia. O tu ceño fruncido cuando tu vecino sale del garaje con su coche nuevo no son celos, es envidia.

Celos tienes cuando tu madre le hace un regalo a tu hermana más bonito y más caro que a ti; celos mezclados con envidia, más bien. Celos sientes cuando tu pareja se va a tomar un café con su nueva compañera de trabajo o cuando se pasa las horas chateando y le ves sonreír. O también puedes tener celos de tu amiga porque ha conocido a un nuevo grupo de personas y no te incluye en sus actividades.

¿Ves la diferencia? Es cierto que a veces los celos y la envidia van de la mano, pero no siempre. La envidia es desear algo que otra persona tiene. Pero no solo desearlo, que eso no debería provocar ningún malestar, sino que lo deseas poniendo el foco de atención más en la persona que lo tiene que en el objeto o actividad que tiene en sí.

¿Y los celos? Bueno, los celos son realmente un peligro porque llegan marcados por un sentimiento de posesión hacia otra persona. Los celos son el miedo a perder a alguien, pero no a perder a un ser querido porque muera, sino a dejar de ser importante para esa persona. Un miedo natural que se convierte en disfuncional cuando los celos toman forma de discusiones, reproches, chantajes o acusaciones.

Qué tienen en común los celos y la envidia

No es lo mismo sentir celos que sentir envidia. Sientes celos de una tercera persona que puede interferir en tu relación de pareja, de amistad o familiar, de esa persona que puede quitarte el protagonismo. Sientes envidia de otra persona cuando consideras que su vida es mejor que la tuya, que es más feliz o que tiene más cosas materiales que tú. Y aunque los celos y la envidia no sean lo mismo, sí nacen del mismo lugar.

Celos y envidia son emociones que consideramos negativas por el malestar interior que nos provocan. En efecto, no son emociones constructiva o útiles ya que no promueven nuestro bienestar y afectan a nuestro equilibrio emocional además de ser bastante perjudiciales también para los que nos rodean. ¿Cuánto daño no se habrá hecho en nombre de la envidia o de los celos?

Como decimos, ambos surgen del mismo lugar. De la frustración vital, de la inseguridad en nosotros mismos y de la baja autoestima. ¿El objetivo es erradicar estas emociones de nuestro corazón? En absoluto, no podríamos hacerlo. Lo que sí podemos hacer es que el pinchazo de celos o de envidia no impacte en nuestra vida y en la de los demás negativamente. Y eso se consigue aceptando quiénes somos, cómo somos y lo que tenemos.

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