'Me veo fea': no es tu belleza real, sino tu baja autoestima

Es hora de que empieces a cambiar el concepto que tienes de ti misma

Laura Ruiz Mitjana, Psicóloga
En este artículo
  1. La autoestima: ¿un concepto estable?
  2. Cómo recuperar mi autoestima para sentirme bien
  3. Las experiencias influyen en nuestra baja autoestima: ¿qué puedes hacer?
  4. Confía en tu criterio para no sentirte "fea" y mejorar tu autoestima

"Me veo fea", "tengo la autoestima por los suelos", "no valgo lo suficiente"... ¿Te resuenan estas frases? Sentirse guapa no solo tiene que ver con verse bien físicamente. Con que nos guste nuestra cara, nuestro cuerpo, nuestra silueta o nuestro peso.

Sentirse guapa puede incluir estas ideas, pero va mucho más allá de ello: tiene que ver con sentirse bien con quienes somos, tanto por dentro como por fuera. Y esto, a su vez, tiene relación con la autoestima, ese amor propio que nos damos, esa manera que tenemos de tratarnos y de reforzarnos por todo aquello que nos hace sentir orgullosas.

¿No te sientes a gusto contigo últimamente? ¿Te fijas más en lo que no te gusta de ti que en todo aquello que sí te gusta? Si te sientes así, ¡sigue leyendo! En Diario Femenino te ofrecemos una serie de estrategias para trabajar en tu autoestima y tu bienestar. Pero antes, hablemos un poco más de autoestima y de los síntomas de una baja autoestima.

La autoestima: ¿un concepto estable?

La autoestima es un concepto psicológico que engloba todas aquellas creencias, percepciones, evaluaciones y pensamientos que tenemos en relación con nosotras mismas. Es decir, es la valoración que realizamos de nosotras, basándonos en nuestras propias experiencias.

La autoestima va cambiando a lo largo de la vida; es decir, no es algo estable, y puede disminuir drásticamente ante situaciones como una ruptura, un fracaso académico o laboral… Cuando una persona tiene baja autoestima puede mostrarse insegura, no expresar sus gustos u opiniones por miedo al rechazo, no sentirse merecedora de las cosas buenas que le ocurren, necesitar la aprobación de los demás para sentirse bien, etc.

Como vemos, la autoestima no tiene que ver solo con mirarse al espejo y sentirse guapa o fea; es un concepto mucho más complejo, que engloba también emociones, sentimientos, creencias y actitudes.

Por suerte, aunque la autoestima pueda fluctuar con la vida y es normal, también es algo en lo que se puede trabajar y mejorar. En nuestras manos está aceptarnos tal y como somos y sobre todo, valorar todas esas pequeñas cosas que nos hacen especiales y únicas. Esto es lo que nos ayudará a sentirnos satisfechas tanto por fuera como por dentro.

Cómo recuperar mi autoestima para sentirme bien

Cada mujer deberá encontrar sus propias herramientas y estrategias para trabajar en esa autoestima tan necesaria para sentirse bien con una misma. Sin embargo, os dejamos algunas ideas para empezar a trabajar en ella:

+ Identifica tus fortalezas

Está claro que todas y todos tenemos defectos, pero también fortalezas. Tendemos a fijarnos más en las cosas que no nos gustan de nosotras mismas, en nuestros complejos, y no tanto en aquello que sí nos gusta. Aquí nos referimos no únicamente al físico sino también a la manera de ser y a las habilidades.

Prueba este pequeño ejercicio: mírate en el espejo en silencio, durante unos minutos. ¿Qué ves en él? Mírate con amor, e identifica todo aquello de lo que te sientes orgullosa, en ti misma. Anótalo en una hoja, escribe qué te gusta de ti y por qué.

+ Cambia tus pensamientos

Muchas veces, y casi sin darnos cuenta, alimentamos pensamientos negativos del tipo "no puedo hacerlo", "no me saldrá bien", "no valgo suficiente"... Estos pensamientos pueden llegar a ser muy dañinos.

No podemos evitar pensar, pero sí podemos modificar este tipo de pensamientos. Empieza a decirte cosas bonitas, a alimentar la creencia de que eres capaz de mucho más de lo que crees. Trátate bien; el diálogo interno es muy importante porque determina nuestras emociones y cómo nos relacionamos con nosotras mismas.

+ Dedícate tiempo

El autocuidado es una forma de amor propio, que tiene que ver con cuidarnos y con ocuparnos de nuestro bienestar. Hay muchas formas de autocuidarse, aunque la principal es invertir tiempo en nosotras mismas. Así que, busca un día a la semana para dedicarte tiempo a ti. Aunque tengas mucho trabajo, intenta organizarte y priorízate ese día. Puede ser también en fin de semana. Durante ese día, o esas horas, piensa qué es lo que te apetece hacer y hazlo: ¿un masaje? ¿Un paseo por la playa? ¿Leer un buen libro tomando algo? ¿Ir al cine?

Fomentar el autocuidado es otra forma de mejorar nuestra autoestima, porque nos permite conocernos y darnos ese cariño que a veces tendemos a buscar en los demás. No hay nadie mejor que tú que pueda darte ese amor, y cuanto más te conozcas (qué te gusta, qué no, qué necesitas…), más facilidad tendrás para saber qué necesitas o qué te aporta realmente.

+ Perdónate

Cuando nos perdonamos por algo que consideramos un "error" en nuestra historia vital, una parte de nosotras se libera; y esto también es amor propio, cuidar esa parte herida que también forma parte de nosotras.

La realidad es que todos vivimos experiencias que nos marcan y en las cuales cometemos errores que no siempre nos resultan fáciles de perdonar. El perdón, tanto hacia una misma como hacia los demás, es un arte, una manera de conectar con nuestras imperfecciones y nuestros errores y de entenderlos como algo que necesitábamos para aprender y avanzar.

Todo el mundo se equivoca, pero no todo el mundo tiene el valor de perdonarse por ello. Cuando lo haces, te liberas de toda esa carga que arrastrabas, quizás hacía meses o años. Puedes sentir esa necesidad de perdonarte por múltiples causas: haber herido a alguien, haberte hecho daño a ti misma…

Aprender a soltar la culpa

Toma conciencia de ello y suelta toda esa culpa. Cambia la culpa por la responsabilidad, y a través de esta última intenta obtener algún aprendizaje valioso de lo que hiciste, bien o mal, en su momento. Piensa que esos "errores" seguramente eran lo único que podías haber hecho en ese momento (con el conocimiento del que disponías), por lo tanto, acéptalos y no te machaques más por ellos.

+ Practica el agradecimiento

La gratitud es una actitud de apertura y agradecimiento hacia la vida, que nos conecta con las cosas que valoramos, tanto de nosotras como de los demás. Cuando somos agradecidas, tomamos consciencia de las cosas que sí van bien, y también de aquellas que nos gustan, de nosotras.

Es por ello por lo que te proponemos este pequeño ejercicio: antes de ir a dormir, apunta las cosas del día por las que te sientes agradecida. Visualízalas, dales nombre, conecta con ellas. Verás cómo esta pequeña práctica diaria te ayuda a conectar con las cosas valiosas, y eso incluye todas tus fortalezas y lo que sí te gusta de ti.

Las experiencias influyen en nuestra baja autoestima: ¿qué puedes hacer?

Aunque la autoestima y el sentirse "guapa o fea" fluctúa a medida que vivimos experiencias, y hay algunas de ellas que nos pueden "atacar" ese concepto y ese amor que tenemos hacia nosotras (como por ejemplo un rechazo), lo cierto es que aprender a gestionar también esas vivencias nos puede ayudar a fortalecer nuestro yo interior. Ese yo interior se nutre de la autoestima, y es el que nos acompañará siempre.

¿De qué depende tu valía? No se trata de evitar las malas experiencias, o más concretamente, el rechazo por parte de los demás; se trata de trabajar para que ese rechazo no nos defina. Y es que nuestra valía no la determinan los demás, ni siquiera las malas experiencias.

La clave está en hacer un trabajo personal, para que nuestra valía dependa exclusivamente de cómo decidamos tratarnos. Y en nosotras está decidir si nos tratamos con amor y respeto o desde la carencia, el miedo, la crítica o el autosabotaje.

Confía en tu criterio para no sentirte "fea" y mejorar tu autoestima

Hemos visto algunas estrategias para recuperar nuestra autoestima y volver a vernos guapas por fuera y por dentro. A ellas les sumamos algunas otras, como, por ejemplo: ser menos autoexigentes y críticas con nosotras mismas (darnos un poco de "tregua"), relacionarnos con gente que nos haga sentir bien, conectar con nuestra esencia a través de prácticas como el yoga o la meditación o empezar a buscar hobbies que teníamos olvidados y que nos hacen sentir bien.

La lista de cosas por hacer por y para una misma es infinita; se trata de conocer qué nos gusta, qué necesitamos y elaborar un plan para llevarlo a cabo. Confía en tu criterio a la hora de decidir qué necesitas, y, sobre todo, trátate con amor. Recuerda que el amor propio es el único que te acompañará siempre.

¿Alguna vez has tenido ese sentimiento de "verte fea"? Ahora que sabes que no es tu belleza real, sino tu baja autoestima, ¡es hora de trabajar para amarte mucho más! 

Referencias bibliográficas:

  • Cava, M. J., y Musitu, G. (2000). La potenciación de la autoestima en la escuela. Barcelona: Paidós.
  • Gaja, R. (2004). Bienestar, Autoestima y Felicidad, Editorial Norma, Colombia.
  • Rojas, Luis (2007) La autoestima, vivir mejor. Madrid: Booket.

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