Estrés en Navidad: situaciones navideñas estresantes y cómo afrontarlas

Consejos para pasar una Navidad más tranquila

Laura Sánchez, Filóloga
En este artículo
  1. 5 situaciones que causan mucho estrés en Navidad: cómo gestionarlas

La Navidad es una época de amor, de paz, de familia, de comprensión, de ilusión y de magia. Pero necesitaríamos más magia todavía para sobrevivir a muchas de las situaciones navideñas estresantes, ¿no es verdad? La cara brillante de la Navidad es tan cierta como su lado más oscuro en el que nos encontramos estrés, ansiedad y depresión.

En Diario Femenino nos centramos en el estrés navideño y en cómo afrontarlo porque la ansiedad y la depresión son trastornos más delicados que además de requerir ayuda especializada, también llevan su tiempo. Y nos quedamos sin tiempo porque las navidades se nos vienen encima y empezamos a estresarnos ante la cantidad de asuntos pendientes.

Dónde pasar la Navidad, cómo repartirte en cada fecha especial, planificar los menús, comprar los regalos, asistir a compromisos sociales, la cena de empresa, los niños de vacaciones y tú trabajando… Por no hablar del estrés que provoca la oleada de emociones que saltan en plena Navidad por los conflictos familiares, por las ausencias, por ese desajuste entre lo que piensas que es una Navidad ideal y lo que realmente es. La Navidad es una época plagada de situaciones estresantes, pero eso no quiere decir que no puedas afrontarlas con éxito.

5 situaciones que causan mucho estrés en Navidad: cómo gestionarlas

1 Compromisos sociales navideños sin estrés

¿A cuántos de esos compromisos sociales navideños quieres asistir realmente? Tal vez te apetezca mucho reunirte con todos los primos y rememorar los veranos de la infancia, pero a lo mejor lo de la cena de antiguos alumnos del instituto no es la propuesta más apetecible. Aquí cada uno elige, lo que es cierto es que en Navidad te llegan unas propuestas de lo más curiosas.

Y no puedes estar en todas partes. Porque tienes otras prioridades o porque no te apetece. Porque tienes otro evento a la misma hora o porque prefieres aprovechar para estar un rato a solas y recuperar fuerzas, que te van a hacer falta. Antes de empezar a saturarte por todos los eventos y compromisos sociales navideños, convéncete de las ventajas de aprender a decir no.

No tienes que ir si no quieres. Así que haz una lista de todas las propuestas que tienes y selecciona las prioridades. Te aconsejamos que establezcas las prioridades en función de lo que te apetezca hacer en lugar de dejarte llevar por la presión social y lo que consideras de obligación. De vez en cuando hay que saltarse las normas.

2 Una tranquila cena de empresa en Navidad

¿Hay que ir sí o sí a la cena de empresa de Navidad? La pregunta te ronda en la cabeza cada Navidad. ¿Qué pasa si no voy? Lamentablemente, en la mayoría de los casos este evento navideño es imposible de eludir. Así que ve. Ve sonriente a la cena con los compañeros y aguanta estoicamente las gracias de tu jefe.

Pero para reducir el estrés que te produce la cena de Navidad del trabajo, plantéate la opción de no estar todo el tiempo. Miente si es necesario, que estas cosas necesitan medidas drásticas y no siempre éticas. Y procura pasar solo a saludar en lugar de tragarte todo el evento. Si vas a tomar una copa con ellos antes de cenar, cuenta como compromiso cumplido.

3 La familia en Navidad

Ay, qué bonitas quedan las escenas familiares de Navidad en las películas y qué distinto es todo en la vida real, ¿verdad? No vamos a señalar a nadie, que ya bastante tienen los cuñados con lo suyo, pero esas discusiones sobre política para ver quién grita más fuerte y esos rencores pasados que salen a la luz entre langostino y langostino no son lo mejor para tu estrés.

Y no lo puedes evitar porque esto depende de otras personas, lo que sí puedes hacer es no entrar al trapo en ninguna discusión con tu cuñado ni con las indirectas de tu suegra. No entres, estás en Navidad, estás cenando, estás sonriendo pero también estás mirando la escena desde fuera, ármate con distancia emocional y ponte a pensar en tus cosas si es necesario. Las discusiones no van a afectarte esta Navidad.

Si tienes práctica en Mindfulness, si haces alguna vez ejercicios de respiración o conoces técnicas de relajación, aumenta la dosis en Navidad. Al fin y al cabo, el espíritu navideño también es recogimiento, nadie dice que no puedas recluirte en tu interior durante unos minutos en plena cena de Nochebuena.

4 Cómo organizarte con los niños en Navidad

Las vacaciones de Navidad de los niños son un motivo de estrés muy importante. Porque ellos no tienen que ir a clase, pero tú sí tienes que ir a trabajar. Porque ellos están de vacaciones y con la mayor ilusión por disfrutar de la Navidad y de todas las actividades que se plantean en la ciudad, pero tú no puedes llevarlos a todo.

Esto depende de cada familia, por supuesto, pero sí es conveniente hacer un esfuerzo extra para que los más pequeños disfruten de la Navidad a lo grande. Si no vas a poder ocuparte tú, siempre puedes pedir ayuda a la familia y dejar a los niños todas las vacaciones con los abuelos o con los tíos. También puedes proveerles de material de juego para que se diviertan en casa y algo fundamental de lo que todas las familias huyen: el aburrimiento. ¿Tus hijos saben aburrirse? Es hora de descubrir los beneficios de no hacer nada.

5 Regalos para todos

Si hay algo que gusta y estresa a partes iguales son las compras navideñas. Regalos, regalos para todos, ¿para todos? Pero es que este año no estás en tu mejor momento y te cuesta llegar a fin de mes. No vas a poder comprar regalos para todos y no sabes cómo hacerlo. Las noches pueden convertirse en un infierno intentando encontrar una solución, que los números encajen y que te cuadren las cuentas.

Seguro que no eres la única persona de la familia que está pasando apuros económicos. Así que todo es hablarlo y plantearlo previamente. ¿Cómo podemos reducir los gastos de Navidad? El amigo invisible es la solución perfecta para que toda la familia tenga su regalo de Navidad sin vaciar el bolsillo. Y, por supuesto, la casa anfitriona que os reúne a todos no tiene por qué ocuparse de todos los gastos de la cena de Nochebuena, de la comida de Navidad o de la fiesta de Nochevieja.

El estrés no deja de ser un exceso y todo exceso se combate con equilibrio. Busca ese equilibrio entre lo que quieres hacer y lo que crees que debes hacer, entre lo que te gustaría y lo que realmente es. Busca el equilibrio entre lo que quieren los demás y lo que quieres tú, porque también son tus Navidades y tienes derecho a disfrutarlas sin estrés, sin nervios y sin ansiedad.

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