Melofobia: síntomas y tratamiento del inusual miedo a la música

¿Disfrutas o sufres con la música?

Laura Sánchez, Filóloga
En este artículo
  1. Qué es la melofobia
  2. Síntomas de la melofobia
  3. Causas de la melofobia
  4. Tratamiento de la melofobia

Te puede gustar más un tipo de música que otra, puedes ser de las personas que aman la música y la necesitan incluso para sobrevivir, de las que no entienden su vida sin música. Pero también hay personas que le prestan poca o nula atención a la música salvo en ocasiones señaladas. Nuestra relación con la música es diferente, pero ¿qué pasa si sabes que hay personas que tienen un inusual miedo a la música? Cuando menos te sorprenderías y puede que no llegaras a creértelo del todo. Pero sí, la melofobia existe y hablamos de ella, de sus síntomas y tratamiento en nuestro diccionario de fobias.

Qué es la melofobia

La melofobia es el miedo a la música. Tal y como suena parece una fobia de lo más extraña y por suerte no es muy frecuente. Estamos más acostumbrados a pensar en otras fobias más comunes como a los espacios abiertos, a los sitios cerrados o incluso a algunos animales, pero ¿a la música? ¿Qué peligro puede entrañar la música?

Ya sabemos que las fobias se caracterizan por un miedo irreal y desmedido hacia un estímulo concreto, por lo que el funcionamiento de la melofobia es como el de cualquier otro trastorno fóbico. Y no vayas a pensar que se trata de una fobia sin consecuencias, ya que las limitaciones que impone en la vida de la persona que la sufre son muy grandes.

Puedes imaginarte que una persona con melofobia no pone música en casa. Y esto a la mayoría de la gente le parece algo impensable, pero es así. Como ocurre con otras fobias, el hogar es el único lugar en el que pueden tener bajo control su fobia, ya que en el momento en que salen a la calle la música se hace inevitable.

En el supermercado, en una tienda, el hilo musical de la sala de espera del dentista o incluso esas personas que se empeñan en que todo el metro escuche su música a través de su teléfono móvil. Una cosa es que puedan evitar acudir a conciertos, a restaurantes y a otros eventos sociales y otra cosa es que consigan evitar la música en su día a día realizando las funciones habituales.

Síntomas de la melofobia

En realidad es imposible escapar de la música a no ser que te encierres en casa por el resto de tu vida. Incluso allí, puede que pase un coche con la música bien alta o que tengas al lado un espacio en el que colocan la megafonía de las fiestas del barrio. Y cuando la persona con melofobia no puede evitar el estímulo temido, es cuando aparecen los síntomas.

El miedo es el denominador común en todos los casos de fobia. Un miedo que comienza con nerviosismo y necesidad de ponerse alerta, que es cuando aparece el componente de ansiedad. Luego llegan las palpitaciones, la dificultad para respirar, el hormigueo en piernas y brazos, la sudoración, la sensación de despersonalización... Estamos en este punto al borde de un ataque de pánico. Y todo por escuchar música.

No son solo los síntomas físicos los que ocasionan problemas con la melofobia, también los psíquicos. La persona con esta fobia a la música es consciente de que para la mayoría de la gente, la música es algo amable, estimulante y, en algunos casos, curativo. ¿Por qué ella tiene miedo? La incomprensión sobre la fobia no solo llega del exterior, también del interior.

Causas de la melofobia

La pregunta del millón es cuál es la causa o el origen de la melofobia. Nos encontramos ante una fobia muy particular que añade posibles causas a las habituales de los trastornos fóbicos. Es decir, no se descarta el desarrollo de la melofobia a raíz de una experiencia traumática en la que esa persona viviera un momento de gran carga emocional mientras escuchaba música.

Como tampoco se descarta la causa más habitual para las fobias, que es el trastorno de ansiedad. Cuando la ansiedad se desborda y comienza a limitar tu día a día, tu vida deja de ser funcional y las fobias pueden aparecer ante los estímulos más sorprendentes.

A modo de curiosidad, podemos añadir un factor más primitivo para la aparición de la melofobia. Y es que en las sociedades más antiguas, cierto tipo de música venía a ser una especie de lenguaje común que alertaba a los miembros del grupo de algún peligro cercano.

Sin embargo, podemos acudir a una causa fisiológica para entender mejor un problema como el de la melofobia y es a los problemas de audición. Dolencias como el tinnitus o los acúfenos pueden hacer que cualquier sonido se convierta en fuente de malestar y, acompañado de ansiedad, ya tenemos esa sensación de peligro que define a las fobia. Lo mismo ocurre en los casos de hiperacusia, cuando se percibe cualquier sonido con una mayor intensidad.

Tratamiento de la melofobia

La necesidad de buscar un tratamiento para la melofobia no es por el aspecto más emocional de este trastorno. Es decir, no se busca que el paciente ame la música y pueda disfrutar de ella como hace la mayoría de las personas, sino que el objetivo es que deje de considerar la música como un estímulo que entraña cierto peligro.

Para vencer una fobia es necesario un tratamiento psicológico, pero en el caso de la melofobia tendrá que ir acompañado de tratamientos médico y farmacológicos debido a su relación con dolencias físicas como el tinnitus o la hiperacusia. Se trata, por tanto, de una intervención integral que incluya diferentes técnicas y terapias.

Entre ellas se encuentra la terapia cognitivo conductual, una técnica que obtiene grandes logros a la hora de tratar trastornos como la ansiedad, la depresión o las fobias. Se recomienda especialmente en los casos en los que la melofobia se ha desarrollado por una experiencia traumática y no por un enfermedad auditiva.

¿Cómo funciona la terapia cognitivo conductual? Se afronta en primer lugar el pensamiento distorsionado que hace que la música sea algo peligroso. Se desmonta ese pensamiento para sustituirlo por uno más realista y objetivo y a partir de ahí, se puede empezar a transformar la conducta evitativa.

Esto se consigue con las técnicas de exposición gradual, algo que debe hacerse siempre supervisado por un profesional de la psicología. La idea es acercarse gradual y progresivamente a la música en situaciones sencillas y que le resulten seguras al paciente. No se trata de ir el primer día a un concierto, sino de poner música en casa durante unos pocos minutos y comprobar que no ocurre nada malo.

En cualquier caso, el tratamiento de la melofobia es necesario para que el trastorno fóbico no limite la vida laboral, social y personal de la persona que lo sufre. No es una manía, no es una excentricidad, es un trastorno fóbico y como tal debe tratarse por un profesional. No te pongas en manos de gurús del bienestar emocional y opta por psicólogos titulados que te garantizarán una recuperación más saludable y duradera de tus problemas de fobias y ansiedad.

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