Complejos (físicos y psicológicos) más comunes: claves de superación

¿Qué es un complejo? Formas de afrontarlos y gestionarlos

Laura Ruiz Mitjana, Psicóloga
En este artículo
  1. ¿Qué es exactamente un complejo?
  2. Los complejos físicos más comunes (y sus raíces emocionales)
  3. Los complejos psicológicos más frecuentes (y por qué duelen tanto)
  4. ¿Cómo se supera un complejo? No con frases, sino con miradas nuevas

¿Alguna vez te has mirado al espejo y has sentido que hay algo mal en ti? Un "algo" que parece tener el poder de ensombrecer tus días, tus relaciones, tu manera de estar en el mundo… A veces es la forma de tu nariz, el volumen de tu cuerpo o cómo te tiembla la voz en público. Y a veces ni siquiera se ve: es esa sensación de no ser suficiente, de no ser "como los demás".

Los complejos físicos y psicológicos más comunes no nacen con nosotros, pero nos los acabamos creyendo como si fueran una verdad tatuada. En Diario Femenino no buscamos darte "tips" rápidos para superarlos, sino comprender, darte algunas claves de superación para abrir una ventana de aire fresco y, sobre todo, recordarte que lo que ves como una debilidad, muchas veces es una herida que merece cuidado y no un juicio.

¿Qué es exactamente un complejo?

Un complejo es una percepción distorsionada o dolorosa sobre uno mismo que se vive con vergüenza, rechazo o inseguridad. A menudo, tiene su origen en algún comentario hiriente, una comparación, un estándar inalcanzable o una experiencia significativa que dejó huella. Los complejos no son simples inseguridades: se enquistan y condicionan cómo nos mostramos, cómo nos relacionamos y hasta cómo nos tratamos.

Y aunque parezca que los complejos son solo "cosas de adolescentes", la realidad es que los adultos los cargamos con más silencios y justificaciones. De hecho, muchos de nuestros complejos no nacieron de algo que nos faltaba, sino de miradas que nos sobraron. Padres, profesores, amigos, medios... todos dejaron su huella. Y, sin darnos cuenta, podemos repetir el patrón: por ejemplo, si a ti te dolió que se rieran de tu acné, ¿cómo hablas de la piel de tu hijo adolescente? Romper esta cadena es un acto de amor y consciencia.

Los complejos físicos más comunes (y sus raíces emocionales)

Complejos físicos hay muchos, sin embargo, los más comunes, los que más se repiten, son los siguientes:

+ "Mi cuerpo (o altura) no es como debería"

Puede ser por tener sobrepeso, poco pecho, ser 'demasiado' alto o 'demasiado bajo', tener muchas arrugas, celulitis, calvicie o incluso por tener una nariz "diferente". La cultura de la comparación ha hecho que muchos cuerpos se sientan en falta por no parecerse a lo que dicta Instagram o la última serie de moda.

Ejemplo: Andrea evita ir a la playa con sus amigos. Dice que no le gusta el mar, pero en realidad no soporta la idea de ponerse un bañador delante de ellos. Desde que una compañera le dijo "tienes piernas como columnas", no ha vuelto a nadar.

¿Cómo superar este complejo?: El primer paso no es cambiar el cuerpo, sino cuestionar esa mirada interna que castiga. ¿De quién son realmente esos estándares?, ¿cómo hablarías a una amiga que siente lo mismo que tú? No necesitas amarlo todo de ti para respetarte. El respeto va primero, y desde ahí puede empezar el cambio.

+ "Me acompleja mi voz/mi forma de hablar/mi risa"

Estos complejos suelen instalarse en la infancia o adolescencia, cuando alguien ridiculizó una parte espontánea de nuestro ser.

Ejemplo: Carlos tiene pánico a hablar en público. De niño, le decían que parecía "afeminado" cuando le salía la voz aguda. Hoy, habla lo justo en el trabajo, y solo por correo.

¿Cómo superar este complejo?: Es útil trabajar la exposición progresiva (con apoyo si lo necesitas), pero también resignificar la emoción. Tu voz es tu identidad. Las risas escandalosas, las voces suaves, los tonos graves… todas son formas humanas. La diversidad no es el problema. El problema es la burla aprendida.

Los complejos psicológicos más frecuentes (y por qué duelen tanto)

Se habla mucho de los complejos físicos, pero ¿y los psicológicos? Algunos de los más frecuentes son:

+ "Soy demasiado emocional/sensible/intensa"

Muchísimas personas sienten vergüenza por llorar, emocionarse fácilmente o implicarse demasiado en las relaciones.

Ejemplo: Marina se odia cada vez que llora delante de alguien. "Soy una exagerada", se dice. La realidad es que nunca le enseñaron que la sensibilidad es también una fuerza.

¿Cómo superar este complejo?: Dignificar tus emociones. La madurez emocional no consiste en dejar de sentir, sino en entender lo que sientes y expresarlo con responsabilidad. No eres demasiado. Eres alguien que siente. Y eso es bello.

+ "No valgo lo suficiente"

Es quizá el más común y el más silencioso. El complejo de no ser "suficiente" (ni guapa, ni lista, ni carismática, ni exitosa) se cuela en todos los rincones de la vida y sabotea relaciones, metas y autoestima.

Ejemplo: Luis no se atreve a pedirle una cita a la chica que le gusta. Piensa que ella "es mucha mujer" para alguien como él. En realidad, no se siente digno de amor.

¿Cómo superar este complejo?: Con autocompasión activa. No se trata solo de repetirte afirmaciones, sino de tratarte como tratarías a un ser querido. Empezar a hacer cosas pequeñas por ti, aunque no te sientas suficiente aún. Porque la autoestima crece en la acción.

+ "No soy inteligente, soy torpe, todo me cuesta"

Aquí entramos en complejos más invisibles, pero igual de dañinos. El rendimiento, la memoria, la capacidad para aprender o trabajar… son espacios donde muchas personas sienten que no dan la talla.

Ejemplo: Ana no se presenta nunca a ascensos. Cree que no tiene "la cabeza" para más. Lo arrastra desde que su profesor de matemáticas le dijo: "no llegarás muy lejos con esa actitud".

¿Cómo superar este complejo?: Con mucha compasión y paciencia. A veces los complejos vienen de etiquetas mal puestas que arrastramos como si fueran ADN. Revisa de dónde viene esa creencia. Y rodéate de personas que no te midan solo por lo que haces, sino por quién eres.

¿Cómo se supera un complejo? No con frases, sino con miradas nuevas

Aquí no vale con "ámate más" o "piensa en positivo" (aunque sí es positivo empezar a cambiar el diálogo interno). Pero solo pensar en hablarse en positivo genera más frustración cuando no se consigue. Superar un complejo implica:

+ Identificar su origen (¿cuándo y quién te hizo sentir así?)

+ Comprender que no eres la causa del daño, sino su consecuencia.

+ Reconocer que tus valores valen más que esa característica concreta.

+ Trabajar, si es necesario, con un profesional que te acompañe a resignificar tu historia.

+ Hacer pequeñas acciones cotidianas que te conecten con tu dignidad (poner un límite, mirarte al espejo sin juzgarte, hablar con alguien desde tu autenticidad…).

Tener complejos no te hace débil, te hace humano. Pero vivir para ellos sí te roba vida. Todos cargamos alguna parte de nosotros que preferiríamos esconder, pero lo importante es no dejar que eso decida por ti. Empieza a nombrar tus heridas sin taparlas y a mirar tus sombras sin huir y caminar, aunque sea con miedo, hacia una versión más amable de ti.

Y sobre todo, recordarte que tú no eres tu nariz, ni tus notas, ni tu timidez. Eres mucho más; la forma en que decides cuidar de ti, incluso cuando eso cuesta.

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