Cómo afecta el estrés a la fertilidad de la mujer: tips para superarlo

La relación entre los problemas emocionales y la fertilidad

Natalia Nogal, Psicóloga Perinatal
En este artículo
  1. No logro ser mamá: ¿cuándo debería empezar a preocuparme? 
  2. La influencia del estrés crónico en el sistema reproductor
  3. Los problemas reproductivos, ¿son únicamente un trastorno físico?
  4. Qué hacer para que el estrés no afecte a tu fertilidad

¿Estás intentando ser mamá, de forma natural o por medio de un tratamiento de reproducción asistida, y no lo logras? ¿Esta dificultad te está generando estrés? ¿Sabías que altos niveles de estrés y ansiedad pueden hacer que tus posibilidades de concepción se reduzcan? 

Un alto porcentaje de parejas tienen dificultades reproductivas y, de hecho, este porcentaje va en aumento año tras año. Los hábitos de vida que puedas llevar, si tienes sobrepeso, si vives en un ambiente donde predomina la contaminación ambiental, si sufres algunas patologías (tanto físicas como mentales)… son solo algunos de los factores que, en particular, podrían estar impidiendo que logres ser mamá. Pero hay muchos otros y, por eso, en Diario Femenino, te contamos cómo afecta el estrés a la fertilidad de la mujer.

No logro ser mamá: ¿cuándo debería empezar a preocuparme? 

Muchas mujeres entran en pánico ya desde el quinto o sexto mes que llevan intentando quedarse embarazadas sin lograrlo. ¿Eres de tú también una de esas mujeres que piensa que le costará poquito quedarse embarazada y según pasan los meses empiezas a entrar en pánico? Ojo con tu nivel de expectativas porque podrían jugarte una mala pasada.

Según la Organización Mundial de la Salud, la infertilidad se define como un trastorno reproductivo que impide conseguir el embarazo después de 12 meses o más teniendo relaciones íntimas sin medidas anticonceptivas. Sin embargo, muchas mujeres acuden al ginecólogo o a Unidades de Reproducción Asistida pensando que tienen problemas de fertilidad ya en el sexto u octavo mes. ¿Te habías planteado que ese simple hecho te puede generar estrés, con las consecuencias que a su vez puede tener sobre tu sistema reproductor?

La influencia del estrés crónico en el sistema reproductor

El estrés crónico que puedes llegar a sufrir, ya sea por problemas reproductivos, tras un diagnóstico de infertilidad o por el propio ritmo de vida que llevas, conlleva una serie de manifestaciones en tu organismo:

+ El estrés continuo podría afectar al funcionamiento de tu hipotálamo (glándula del cerebro que regula el apetito, las emociones y las hormonas que envían la señal a los ovarios para que liberen óvulos). Si estás muy estresada puede que ovules más tarde durante tu ciclo reproductivo, o que ni siquiera llegues a ovular.

+ También podría disminuir tu líbido (interés por mantener relaciones) y, por tanto, también la probabilidad de que te quedes embarazada. Es muy importante poder disfrutar de las relaciones íntimas para, en parte, logres el deseado embarazo y fomentes la unión de pareja.

+ Las alteraciones en la secreción de gonadotropinas y catecolaminas producen efectos negativos para la implantación del embrión en tu útero (como son las contracciones uterinas) y en tus trompas de Falopio (obstrucciones).

+ Altos niveles de cortisol (la llamada "hormona del estrés") también pueden provocarte dificultades para ovular o producir ciclos muy irregulares en tu sistema reproductivo y, por lo tanto, presentar dificultades para concebir.

+ Además, para que se produzca la implantación, es necesario que tengas un buen nivel de estrógenos y progesterona. ¿Conoces tu nivel en sangre de estos valores? Ante un déficit de estos valores, tu sistema reproductor no logrará finalizar el proceso de implantación y el embarazo no se podrá producir aunque el óvulo haya sido fecundado por un espermatozoide.

+ Si intentas quedarte embarazada y estás estresada, tu flujo cervical puede enviarte una señal de aviso de que algo no está bien. En lugar de sentir un incremento de flujo a medida que se acerca la ovulación, podrás sentir días de flujo intenso combinados con días totalmente secos. Es como si tu cuerpo intentara ovular pero el estrés lo retrasara de forma continua.

+ En muchas ocasiones y en respuesta al estrés, comerás en exceso. Este hecho incrementará el número de células de grasa en tu organismo y perturbará tu equilibrio hormonal, lo que tanto afecta también a tu nivel de fertilidad.

Un problema añadido a esta situación es que, a menudo, incluso podrás negar padecer de estrés o no lograrás identificar las situaciones que te causan estrés. ¿Te ha pasado? ¿Te sientes identificada con esta situación?

Los problemas reproductivos, ¿son únicamente un trastorno físico?

En absoluto es únicamente un trastorno físico. En muchos casos proviene o deriva en problemas de salud mental al no ser capaz, después del tratamiento de fertilidad, de llegar a concebir. Suele ocurrir principalmente en el caso de las mujeres, incluso si has tenido hijos previamente. 

Uno de los factores que más te influirán en tu salud mental, tras pasar por una experiencia de este tipo, no es el hecho de no haber conseguido ser padres, sino mantener el deseo de la maternidad tras el fracaso de los tratamientos.

El diagnóstico de infertilidad podrá implicar para ti y para tu pareja un desajuste emocional. Cada uno de vosotros puede llegar a vivirlo de forma diferente, sin que eso suponga que uno de los dos sufra menos, simplemente lo manifestaréis de forma distinta.

Las dificultades reproductivas o pasar por ciclos de reproducción asistida suele implicar un largo y costoso camino a nivel emocional, psicológico y económico (si finalmente tenéis que acudir a un tratamiento de reproducción asistida en un centro privado).

Por otro lado, la dificultad o imposibilidad para ser madre o ser padres de forma natural puede causarte sentimientos de vergüenza, culpa, miedo y baja autoestima, que pueden evolucionar hacia grados variables de depresión, ansiedad, angustia y peor calidad de vida.

Además, los tratamientos de fertilidad se asocian con mayores niveles de malestar psicológico. Si tienes que someterte a un tratamiento de reproducción asistida incluso podrías correr el riesgo de experimentar un mayor número de trastornos psiquiátricos, por lo que es importante reconocer a tu grado de vulnerabilidad y si tienes (o tenéis) factores de riesgo que puedan contribuir a ello. También, es importante identificar y poder apoyarte en factores protectores que te ayudarán a vivir este proceso de una forma más óptima y satisfactoria.

Qué hacer para que el estrés no afecte a tu fertilidad

Frederiksen et al. (2015), en un trabajo en el que revisaban 39 estudios, señalaron que las intervenciones psicológicas en parejas con problemas de infertilidad eran eficaces (especialmente la terapia cognitivo-conductual) para reducir los problemas psicológicos, así como para incrementar las tasas de embarazo en aquellas pacientes que habían conseguido disminuir sus niveles de ansiedad.

Como anteriormente mencionábamos, algunos rasgos de tu personalidad se pueden considerar factores protectores del riesgo de sufrir ansiedad o depresión; como, por ejemplo, el optimismo, la búsqueda de solución problemas, el apoyo social (de tu pareja, de tu familia, de tus amigos, etc.), y las estrategias de aceptación de la situación. Si llevas a cabo una confrontación activa (y buscas información para lograr encontrar soluciones) y/o logras atribuir un significado positivo a esta situación, lograrás adaptarte mejor a esta situación.

Por ello la psicología perinatal, especializada en dificultades reproductivas, pretende ayudarte a conseguir tus objetivos con el menor impacto psicológico posible, logrando un adecuado nivel de bienestar emocional mientras transitas este difícil camino. Además, con esta terapia, disminuirá tu nivel de malestar enseñándote a gestionar las emociones negativas que puedan surgir a lo largo del proceso, ayudándote a mejorar tus relaciones íntimas y de pareja, y mejorando la capacidad de adaptación a las diferentes etapas del tratamiento.

En terapia también podrás abordar pautas de comunicación y establecer tus apoyos sociales, puesto que en la mayor parte de las ocasiones resulta muy complicado hablar de ello. Incluso tenéis que enfrentaros a comentarios o preguntas difíciles.

Como verás, tus emociones influyen en tu fertilidad y viceversa. Las buenas noticias son que, desde la psicología, podemos ayudarte mucho en el camino.

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