Paruresis: qué es y cómo tratar el síndrome de la vejiga tímida

Los que lo padecen no pueden orinar en baños públicos

María Machado, Periodista
En este artículo
  1. + Qué es la paruresis o el síndrome de la vejiga tímida
  2. + A quién afecta más el síndrome de la vejiga tímida
  3. + Cuáles son las causas de la paruresis
  4. + Cuáles son lo síntomas de la paruresis

Cuando un problema empieza a condicionar tu vida, es momento de ponerse manos a la obra para solucionarlo. Esto es justo lo que les ocurre a las personas que padecen paruresis, conocido popularmente como síndrome de la vejiga timida. Te contamos qué es y cómo tratar este trastorno.

+ Qué es la paruresis o el síndrome de la vejiga tímida

Como nos explica el psicólogo Pedro Martínez, “quienes padecen paruresis temen orinar cuando están presentes otras personas, principalmente en los baños públicos, pero también en su entorno privado si hay alguien cerca”.

Se trata de un problema que, en los casos más extremos, llega a afectar a la manera en la que el paciente se relaciona con la gente que le rodea. “El DSM-5, que es la guía de diagnóstico de los trastornos mentales por la que se rigen la mayoría de los profesionales que se ocupan de la salud mental, incluye la paruresis dentro del trastorno de ansiedad social, que es un intenso miedo o ansiedad a las situaciones sociales en las que el sujeto puede ser analizado por los demás”, nos explica este experto.

Sin embargo, concreta: “No hay que confundir la paruresis con el rechazo que muchas personas tienen al uso de aseos públicos por exceso de escrupulosidad, que podría llegar a ser también un problema, por cuanto también puede afectar a la vida social de la persona, pero de otro tipo.”

+ A quién afecta más el síndrome de la vejiga tímida

Debido a la disposición habitual de los baños en la que los urinarios masculinos del mundo occidental están situados uno al lado del otro, la paruresis tiende a ser más habitual en los hombres. Sin embargo, también afecta a las mujeres que suelen sentirse más avergonzadas ante la posibilidad de que otras personas escuchen el ruido al orinar.

+ Cuáles son las causas de la paruresis

La dificultad para orinar en un baño público puede estar provocada por un problema físico, por ejemplo, un problema en el aparato urinario que dificulta la micción y que crea cierta ansiedad por el ‘qué dirán’, aquellos con los que se comparte momento en el baño.

Sin embargo, lo más habitual es que haya una causa psicológica provocando el problema. “Detrás de la mayoría de los casos de paruresis está un problema psicológico generado por alguna mala experiencia (la burla de algún compañero, algún comentario cuestionando su “virilidad”…) durante la pubertad, que es el momento evolutivo en el que suele debutar esta fobia. Pero tampoco es una condición imprescindible un acontecimiento traumático. Los propios rasgos de personalidad pueden llevar a este comportamiento: una persona tímida, insegura y muy dependiente de las opiniones ajenas, puede empezar a evitar orinar en sitios públicos, hasta que llega un momento en que ya no es que no quiera, sino que sus esfínteres se contraen de tal manera que le es imposible”, explica el psicólogo Pedro Martínez.

+ Cuáles son lo síntomas de la paruresis

La paruresis es el trastorno que incapacita a quienes lo sufren a orinar en público. A partir de ahí, es habitual que se desarrollen algunos comportamientos relacionados con el problema.

Como señala el psicólogo Pedro Martínez, “el principal síntoma de las personas que experimentan paruresis es precisamente el miedo al síntoma. No es tanto el miedo a miccionar delante o cerca de otras personas, sino el miedo a no poder hacerlo. Y para no hacer frente a este problema establecen un ritual de comportamientos que pueden llegar a condicionar su vida y su relación con los demás”.

“Todo gira en torno a cómo organizarse para poder mantener esa conducta: ingieren pocos líquidos antes de salir de casa; evitan estar demasiado tiempo fuera o demasiado lejos, o ir a lugares públicos en los que pueda haber muchos potenciales usuarios de los aseos; están pendientes de los hábitos de los compañeros de trabajo o de estudio para no coincidir con ellos en la situación que temen; evitan las relaciones sexuales por si antes o después del acto sienten ganas de orinar; tienen “fichados” baños públicos a los que pueden acudir con cierta tranquilidad…”

Como consecuencia, es habitual que sientan cierta ansiedad y, en los casos más graves, pueden llegar a evitar todo contacto social.

+ Cuál es el tratamiento más eficaz

Este psicólogo recomienda seguir una terapia cognitivo conductual. Esta tendrá como objetivo “desmontar los pensamientos erróneos e irracionales que tienen (esto solo me pasa a mí, si no lo consigo es porque soy un fracasado y los demás se van a reír de mí…), y que les vaya enfrentando de forma gradual a la situación que temen, interrumpiendo así el círculo vicioso que les mantiene en el problema: tengo miedo a fracasar y no me expongo a la situación, y como no me expongo no puedo tener éxito y tampoco puedo comprobar si el fracaso se produce o no”.

+ Trucos del día a día para vencer a la paruresis

Enfrentarse al problema poco a poco puede ser beneficioso para las personas que lo padecen, aunque la ayuda de un profesional puede ser determinante. En cualquier caso, hay pequeños trucos que pueden llevarse a cabo día a día para vencer la paruresis.

+ Este psicólogo propone a los pacientes imaginarse distintas situaciones relacionadas con su problema que le generen ansiedad. A partir de ahí, se pueden puntuar de menos a más para ir enfrentándose a ellas de una manera progresiva.

+ También puede ser reconfortante comentar el problema con alguien con el que tenga confianza para que les ayude en este proceso de exposición progresiva. “El siguiente paso sería exponerse en baños públicos, a ser posible en aquellas condiciones en las que la mayoría de las personas actúan sin problema”.

+ Como explica Pedro Martínez, “el objetivo no tiene por qué ser orinar al lado de otras personas si no se siente cómodo en esa situación. Para algunas personas, el poder hacerlo en un cubículo cerrado aunque haya personas fuera ya puede ser un éxito. Lo importante es que no condicione su vida y que no le impida tener una vida social satisfactoria”.

¿Te has enfrentado a alguna fobia similar? Comparte tu experiencia en los comentarios. 

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