¿Puedo vivir sin remordimientos? Consejos útiles para lidiar con la culpa

Claves para afrontar los remordimientos de la mejor manera

Laura Ruiz Mitjana, Psicóloga
En este artículo
  1. ¿Qué son los remordimientos?
  2. ¿Se puede vivir sin remordimientos?
  3. ¿Cómo lidiar con los remordimientos?
  4. El remordimiento: una emoción común

Todas las emociones humanas cumplen una determinada función. Está claro que hay emociones que nos generan sensaciones muy negativas, malestar, incomodidad… y que hay emociones mucho más llevaderas, incluso placenteras, como la alegría, la excitación o la fascinación. 

Los remordimientos son de las primeras; nos causan malestar y angustia, pero están ahí por algo. Y que estén ahí por algo no significa que debamos aceptar que siempre los tendremos, o resignarnos a ellos. ¡Para nada! Significa que debemos aceptar que estarán ahí un tiempo, pero que podemos trabajarlos. ¿Cómo lidiar con los remordimientos y con la culpa? 

¿Hay alguna forma de poder vivir sin remordimientos? En Diario Femenino hablamos sobre algunas ideas clave que nos permitirán afrontar esta emoción para que poco a poco desaparezca. Pero antes, debemos entender qué son los remordimientos y por qué surgen.

¿Qué son los remordimientos?

El remordimiento se define como "aquel sentimiento de culpabilidad que tiene una persona por algo que ha hecho y que le intranquiliza". Podemos sentir remordimientos por múltiples razones, aunque todas ellas comparten un elemento en común: el daño a una tercera persona. 

Este daño, a su vez, lo podemos haber causado de muchas maneras: a través de la mentira, el engaño, la decepción… O incluso, no haciendo nada. Y es que podemos sentir también remordimientos por las acciones que no hemos hecho y que sentimos que "deberíamos" haber hecho.

En los remordimientos se mezclan diferentes sentimientos y emociones: rabia por haber hecho las cosas "mal" (o de una determinada manera, de la cual no nos sentimos orgullosas en la actualidad), tristeza por haber dañado a alguien a quien queríamos, decepción con nosotras mismas, culpa, miedo a no dejar de sentirnos así nunca…

¿Se puede vivir sin remordimientos?

Los remordimientos, como todas las emociones, cumplen su función. Están ahí por alguna razón. Y de igual forma, tal y como vienen, pueden marcharse, aunque muchas veces esto requiere un trabajo personal importante. ¿Puedes dejar de sentir remordimientos con el tiempo, de forma espontánea? Sí, el tiempo ayuda, aunque también es importante "hacer algo" con esto que sentimos y que nos ocurre. 

Responsabilizarnos de nuestros actos e ir tomando conciencia de ellos, conociendo qué nos llevó a actuar de esa forma y, sobre todo, aceptando que, probablemente, no había otra forma de actuar (o si la había, en ese momento no podíamos llevarla a cabo, por las razones que fuesen). 

Por otro lado, lo cierto es que la terapia psicológica es necesaria en muchos casos y también nos puede ayudar; por un lado, acelera ese proceso de sanación, de perdón hacia una misma. Por el otro, nos da las claves necesarias para dejar atrás esa acción que hicimos, abandonar la culpa y poco a poco cambiarla por la responsabilidad. 

¿Cómo lidiar con los remordimientos?

Os dejamos 4 ideas clave para lidiar con los remordimientos y no permitir que esta emoción domine nuestra vida. Recuerda: para lidiar con ellos, el primer paso será permitirte sentirlos, pero sin regodearte en esa emoción y sin instaurarte en el victimismo.

1 Analiza qué te llevó a actuar de esa forma

El primer paso que puede ayudarte a lidiar con tus remordimientos tiene que ver con el hecho de tomar conciencia de ellos. Y para ello, deberás analizar qué te llevó a actuar de la forma en la que lo hiciste (esa acción que hoy te genera malestar y sensación de culpa).

No se trata tanto de analizar con detalle qué hicimos "mal", sino de mirar esa situación con compasión y comprensión. El objetivo, en realidad, es entender qué nos llevó a actuar de esa forma para entender también que, probablemente, no podríamos haber actuado de otra manera. 

Quizás por inmadurez, por desconocimiento, por falta de habilidades… Y si podríamos haber actuado de otra forma y no lo hicimos, ser capaces de empezar a perdonarnos por ello, por nuestro error.

2 Practica la autocompasión

La autocompasión implica compadecerse de uno mismo; consiste en "extender la compasión a uno mismo en casos de insuficiencia, fracaso o sufrimiento general". Autocompadecerse no es lo mismo que victimizarse; cuando nos victimizamos, no nos responsabilizamos de nuestros actos, de nuestros errores, sino todo lo contrario: creemos que todo dependía de los demás, y que no podíamos hacer nada para cambiar la situación. 

Victimizarse implica regodearse en esa autocompasión inicial; en cambio, autocompadecerse implica mirarse con amor y comprensión, cuidarnos y sobre todo, permitirnos sentir lo que sea que sintamos. Responsabilizarnos de lo que hemos hecho pero liberándonos poco a poco de la culpa, que solo destruye. 

Por ello, otro ejercicio que puede ayudarte a la hora de vencer tus remordimientos es practicar la autocompasión. Relativiza lo que hiciste, no te machaques por ello; intenta observarlo desde una mirada más amable, más compasiva. ¿Quién no se ha equivocado alguna vez en su vida? Incluso cientos de ellas. ¿Y por eso piensas que esas personas son malas? ¿Verdad que no?

3 Permítete sentir esos remordimientos

¿Crees que dejarás de sentir remordimientos por "obligarte" a ti misma a no sentirlos? ¿O más bien, que estos se irán si te permites sentir esa emoción?

Pensemos en una metáfora para explicar cómo podemos afrontar saludablemente esta u otras emociones "negativas". Imaginemos que el remordimiento (u otra emoción, como puede ser el miedo o la tristeza), es una ola del mar que viene hacia nosotras

Si intentamos evitar la ola, huir de ella, lo más probable es que esta acabe por arrasarnos tarde o temprano. ¿La clave? Aprender a surfear esa ola. Y para ello debemos permitir que la ola llegue. Así que permítete sentir este remordimiento, esta culpa. Cierra los ojos; escucha tu cuerpo, entiende por qué está ahí esta emoción que tanto te incomoda. No te juzgues por sentirla. Igual que la ola, acabará pasando, aunque su paso duela.

4 Utiliza lo aprendido para no repetir los mismos errores

Aunque suene a tópico, hay una parte positiva en todos los errores que cometemos: que podemos aprender de ellos. De hecho, los errores nos sirven justamente por esto, para no volver a cometerlos. Para aprender a actuar diferente en un futuro. 

Sin ellos, no podrías actuar de otra forma, aprender de otra forma (aunque nos cueste de creer, seguramente eran necesarios). Por ello, aprender a utilizar el aprendizaje de aquello que no hiciste bien en su día, puede también ayudarte a reducir esa sensación de culpa que ahora sientes.

El remordimiento: una emoción común

Todas y todos hemos sentido remordimientos en algún momento de nuestra vida (incluso en muchos de ellos). A veces ese remordimiento surge por una necesidad inconsciente de "compensar" el mal que hemos causado; es como si, al sentir esa carga, al "castigarnos" a nosotras mismas, estamos reparando o compensando lo que hemos hecho mal. 

Pero en la realidad, las cosas no funcionan exactamente así. Y sí, sentimos remordimientos por alguna razón, y es importante identificarla. Pero no debemos quedarnos ahí. Debemos aceptar aquello que nos sucedió y entender que ya forma parte de nuestro pasado, de nuestra historia. 

La importancia de perdonarse: un último ejercicio

Te animamos a poner en práctica algunas de las ideas propuestas en este artículo; y después de ello, un último paso que puede ayudarte a sanar es escribirte una carta a ti misma perdonándote

El perdón es un acto honesto que nos permite reparar y sanar. Perdonarnos a nosotras mismas no es una tarea sencilla, aunque sí necesaria para dejar de fustigarnos por aquello que no hicimos bien en su día.

Escribe esa carta desde la compasión y el amor, expresando todo lo que sientas, sea lo que sea: rabia, enfado, tristeza… Sin filtros, sin tabúes. Pero al final de todo, en la carta, perdónate a ti misma. Y ahora sí: léela y empieza a soltar.

 "El perdón no cambia el pasado, pero le abre las puertas al futuro."
-Anónimo-

Referencias bibliográficas:

  • Maganto, C. y Maganto, J.M. (2011). Cómo potenciar las emociones positivas: y afrontar las negativas. Madrid: Pirámide.
  • Navarro, T. (2015). Fortaleza emocional: toma distancia, piensa diferente y atrévete a actuar para adaptarte a los cambios. Barcelona: Planeta Zenith.
  • REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en línea].

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